El ex primer ministro israelí Benjamí Netanyahu confirma su victoria electoral con el 97% de los votos normales escrutados y consigue a la mayoría necesaria de al menos 60 diputados en la Knéset para poder formar gobierno con su bloque de partidos de extrema derecha y ultraortodoxos. Según los datos del Comité Electoral Central, que ha contado más de 4 millones de papeletas de los comicios de ayer, el partido derechista Likud de Netanyahu sería primera fuerza con 31 representados, y tendría una amplia mayoría de 65 escaños para volver al poder con el apoyo de los ultraderechistas de Sionismo Religioso, que obtienen 14, y de las dos formaciones ultraortodoxas, que suman 20. En el recuento total ya se ha llegado a casi el 85% de los votos escrutados, si bien este incluyen unas 500.000 papeletas de votos a distancia, que tardan más en revisarse.

Fracasa el bloque anti-Netanyahu

El bloque anti-Netanyahu que lidera el actual primer ministro en funciones, Yair Lapid, ha quedado muy por debajo del exmandatario. De esta manera, y si los votos a distancia no hacen variar los resultados, la amalgama de formaciones de derechas, centro e izquierdas que encabeza el mandatario se quedaría con 50 escaños. El partido centrista de Lapid, Yesh Atid, seguiría como segunda fuerza con unos 24 escaños, pero la formación aliada zurda Meretz no supera hoy por hoy el umbral del 3,25% de votos para obtener representación. Eso le restaría al bloque anti Netanyahu 4 escaños. Por otra parte, el partido árabe Balad está también cerca de llegar al umbral electoral mínimo, aunque por ahora no lo consigue. Junto con Meretz, si este partido al final llegara a tener representación parlamentaria, podría modificar de nuevo la correlación de fuerzas.

Cinco elecciones en tres años

En el contexto de un periodo de gran inestabilidad política, con cinco elecciones en poco más de tres años y medio, el Likud se presentaba como el único partido capaz de garantizar un gobierno estable, con la figura de Netanyahu como la de un líder sólido, aunque todavía está pendiente de resolverse el juicio por tres casos de corrupción. En el plan económico, el líder conservador ha prometido un plan de emergencia para controlar la inflación que afecta a la electricidad, el agua o la gasolina, a través de la bajada de precios y la reducción de impuestos, informa a Efe.