Las sanciones económicas internacionales están llevando al Estado ruso y su economía al límite. La moneda rusa, el rublo, está extremadamente debilitado a consecuencia de las sanciones por la invasión en Ucrania. Ante esta situación, el gobierno de Vladímir Putin busca varias estrategias con el fin de amortiguar el golpe de las sanciones. Una de las medidas más controvertidas que ha anunciado el Kremlin ha sido la obligación de pagar el gas ruso en rublos, no en ninguna otra divisa. De esta manera, la moneda rusa podría recuperar una pizca del valor que está perdiendo, ya que sería utilizada por las potencias para pagar el suministro de gas que los países europeos tienen contratados con Rusia. Se trata de una táctica desesperada para que el rublo no acabe de desplomarse que el G7 ha rechazado en pleno. Los ministros de Economía del G7 coincidieron este lunes en calificar de "inaceptable" la exigencia de pagar el gas y otras energías rusas en rublos, mientras que el Kremlin amenaza diciendo que no entregará más "gas gratis".

Putin anunció el miércoles pasado esta medida, la cual parecía que entraría en vigor inmediatamente. Eso implicaría que los contratos actuales que los países tienen con Rusia para obtener gas tendrían que pagarse ya en rublos. Para el G7 eso es una violación de estos contratos, ya que de sopetón se les impide pagar en dólares, euros u otras divisas y solo se pueden usar rublos, una condición que a la hora de firmar los contratos no estaba sobre la mesa. "Todos los ministros coincidieron en que exigir el pago en rublos constituye una violación de los contratos vigentes. Un pago en rublos es inaceptable y pedimos a las empresas que rechacen la petición de Putin", ha afirmado el ministro de Economía alemán, Robert Habeck, después de reunirse con sus homólogos del G7.

El rechazo radical a las exigencias de Putin ha ido acompañado por una reflexión de los titulares de Economía del G7: las sanciones están funcionando. Habeck ha afirmado que todo se puede ver como un síntoma que las sanciones en el banco central ruso que impiden el comercio de divisas con otros países han puesto en Rusia "contra la pared". "La exigencia de Putin de que el gas se pague en rublos es una prueba de que está contra la pared", ha sentenciado al dirigente alemán, representante de uno de los países con más dependencia energética de Rusia.

Ucrania celebra la posición del G7

El hecho de que el G7 declarara "inaceptable" la exigencia de Putin de pagar en rublos las importaciones de energía rusa ha sido muy bien recibida en Kyiv. El ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, ha agradecido el posicionamiento de las potencias que conforman el G7. "Agradezco al vicecanciller alemán, Robert Habeck, el rechazo a esta demanda", ha afirmado Kuleba en sus redes sociales, donde también ha agradecido a Francia, Italia, Japón, los Estados Unidos, el Reino Unido y el Canadá, además de Alemania, los países del G7, así como el conjunto de la Unión Europea (UE) su posicionamiento.

Desde antes de que empezara la invasión rusa en Ucrania, la política exterior del país a menudo había señalado los peligros de la dependencia energética de muchas potencias occidentales con Rusia. Una dependencia que ahora la UE está intentando disminuir.