El primer ministro Italiano, Mario Draghi, ha sido muy claro en una conferencia dirigida a su ciudadanía, pero también a la Unión Europea, sobre las consecuencias de la guerra en Ucrania: "¿Qué preferís, la paz o estar tranquilos con el aire acondicionado encendido todo el verano? Esta es la pregunta que nos tenemos que hacer", con este planteamiento ha avisado de que pueden acercarse restricciones.

Quien fue presidente del Banco Central Europeo del 2011 hasta el 2019, advierte que no todo se vale: "Nos preguntamos si el precio del gas se puede cambiar por la paz". Además, a pesar de la dependencia energética, desafía un cambio de paradigma si fuera conveniente: "Si hoy se acabara el suministro de gas, todavía estaríamos cubiertos hasta el mes de octubre. No obstante, tenemos que ver lo que decide la Unión Europea".

"Pido la misma unidad que durante la pandemia"

Para hacer frente a los retos de esta crisis, Draghi hace un llamamiento "a la unidad nacional que ya pudimos ver durante la pandemia por la covid" y, a la vez, "la unidad de todos los partidos políticos entorno al gobierno que reclama la misma ciudadanía". El líder italiano es de los que más activos se han mostrado al desafiar el poder de la Rusia de Vladimir Putin. De hecho, el mismo Financial Times confirma hoy en un artículo que, según una investigación, la noche del 24 de febrero que se produjo la invasión rusa en Ucrania, fue Draghi el primero en "proponer sanciones contra los bancos rusos".

Acuerdos entre Italia y Argelia

En paralelo, Italia busca un acuerdo mayor con Argelia y aprovecha la crisis de este con el Gobierno de Pedro Sánchez como consecuencia de la situación con el Sáhara y el acuerdo con Marruecos. A pesar de todo, la fuerte dependencia italiana continúa con Rusia a quien le compra un 45% de sus suministros anuales. La UE estudia impulsar nuevas sanciones en Rusia, que pasan por prohibir la importación de carbón, aunque de momento no se prevén medidas contra el petróleo y el gas. La UE es muy dependiente de Moscú, ya que importan en torno a un 40% del gas y un 27% del petróleo.

Ante el encarecimiento de la energía, afirmó que es crucial que los 27 estados miembros pronto acuerden un plan, que pase entre otras cosas por poner un techo al precio del gas para contener el incremento de los costes a las facturas energéticas. "Sería lo más racional, a nivel europeo. La UE tiene un poder de mercado extraordinario que puede ejercer imponiendo un precio, que sea remunerativo para las empresas, pero no tan elevado como el actual", ha justificado.