Las vacaciones de Serguí K. con su familia en Italia no han ido tal como se pensaba. El ucraniano ha sido detenido en la provincia de Rímini (en la costa adriática) por su supuesta implicación en el sabotaje del gasoducto ruso Nord Stream y ha sido trasladado de manera preventiva en la prisión. El 18 de agosto pasado el Tribunal Federal de Justicia alemán emitió una euroorden en la Fiscalía de Bolonia después de que el Servicio de Cooperación Internacional de la Policía italiana notificara su posible presencia al país transalpino. La Fiscalía alemana (GBA) considera que formaba parte de un grupo de personas que en septiembre del 2022 colocaron explosivos en los gasoductos Nord Stream situados en el mar Báltico.

Según ha informado al cuerpo de los Carabineros en un comunicado, el hombre de 49 años ha sido localizado en un hotel de la localidad de San Clemente y en el momento de la intervención policial, el hombre no ha opuesto resistencia. El ucraniano es acusado de ser uno de los coordinadores de la operación, por los delitos de destrucción de infraestructuras y de sabotaje contrario a la constitución. La Fiscalía alemana cree que el grupo de saboteadores utilizó un yate de vela que zarpó del puerto alemán de Rostock y que había estado previamente alquilado a través de intermediarios con documentos de identidad falsificados. El detenido comparecerá ante el juez de instrucción del Tribunal Federal de Justicia una vez haya sido entregado al país germánico, concluye el comunicado de la GBA. La ministra federal de Justicia alemana, Stefanie Hubig, ha calificado de "éxito" la operación policial.

Sigue la investigación para saber quién hay detrás del sabotaje

Además, según apuntan las filtraciones publicadas durante los últimos años por medios alemanes, la Fiscalía cree que un grupo de ciudadanos ucranianos con conexiones con el ejército de este país está detrás del acto de sabotaje, aunque no se sabe hasta qué punto el gobierno en Kíiv estaba al corriente de la operación. La explosión, el 26 de septiembre del 2022, dejó inutilizado uno de los gasoductos y provocó graves daños en el segundo. Por ninguno de ellos transitaba el gas en el momento del ataque, ya que Nord Stream 2 no llegó a inaugurarse, y a través de Nord Stream 1 la empresa estatal rusa Gazprom había interrumpido poco antes el suministro de gas en Alemania.

El atentado, en plena crisis energética desencadenada por la invasión rusa de Ucrania, provocó una avalancha de especulaciones sobre la autoría, que el Wall Street Journal afirmaba que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, aprobó inicialmente el plan y después intentó paralizarlo sin éxito, mientras que otros afirmaron que podía estar Moscú. De momento, sin embargo, la investigación no está cerrada y siguen buscando quién podría haber detrás del sabotaje.

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