En Estados Unidos se mantiene la polémica por la ley migratoria de Texas. Un tribunal federal de apelaciones del quinto circuito de Estados Unidos ha suspendido este martes la ley migratoria de Texas, que permite a los cuerpos de seguridad fronteriza la detención y expulsión de migrantes irregulares sospechosos de ingresar irregularmente en el estado desde México. La decisión ha llegado después de que el Tribunal Supremo levantara el bloqueo. Tres jueces del Tribunal de Apelaciones han votado a favor de anular la norma una decisión previa que había permitido que la ley —conocida como SB4— entrara en vigor temporalmente y, por lo tanto, a efectos prácticos permitía a las autoridades implementar la medida mientras se mantiene la disputa legal. De momento, culmina así la cruzada entre el Supremo y este tribunal federal con sede en Nueva Orleans, que ha anunciado que escuchará argumentos sobre la ley, y por esta razón el futuro de esta criticada legislación sigue en el aire.

Críticas de la Casa Blanca

El gobierno de Estados Unidos presidido por Joe Biden y varias organizaciones defensoras de los migrantes han vuelto a criticar la ley por anticonstitucional. Por su parte, el gobierno de México ha rechazado "rotundamente" la norma, ya que, considera que fomenta la "criminalización" de los migrantes y también la considera "inconstitucional". México ha reconocido la importancia de una política uniforme en materia migratoria y los esfuerzos con Estados Unidos para que la migración de personas se haga de manera "ordenada, segura y con respecto a los derechos humanos". En este sentido, ha remarcado que en ningún caso aceptará "repatriaciones por parte del estado de Texas".

La ley promovida por el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, tenía que entrar en vigor el pasado 5 de marzo, pero un juez federal la prohibió y se trata de un nuevo esfuerzo de este estado para desafiar a Biden en materia migratoria. Abott ordenó transportar en autobuses a decenas de miles de migrantes a ciudades gobernadas por demócratas, como Chicago o Nueva York. Las autoridades del estado instalaron una cadena de boyas gigantes en el río Bravo para evitar que los migrantes crucen hacia territorio estadounidense. Abbott ha impulsado otras iniciativas contra la migración, como el despliegue de alambre de púas de kilómetros en los pasos más transitados o la creación de puestos de control.

El fiscal de Texas, Ken Paxton, llevó la lucha al quinto circuito de Apelaciones, donde obtuvo apoyo, y los demandantes acudieron al Supremo para evitar que entrara en vigencia la norma. La ley es una de las medidas antiinmigración más drásticas de la historia de los Estados Unidos y convierte un delito menor que un extranjero "ingrese o intente ingresar en el estado desde una nación extranjera" de manera irregular. Ahora la falta se convierte en un crimen grave, punible con entre 2 y hasta 20 años de prisión, si se trata de un infractor reincidente. Y una multa de hasta 2.000 dólares por cruzar al estado de forma ilegal.