En Corea del Norte, el simple hecho de ver o distribuir películas extranjeras o cualquier otro contenido audiovisual se castiga con la pena de muerte. En este sentido, y tal como indica un informe de Naciones Unidas, el gobierno norcoreano, durante la última década, “ha ampliado considerablemente” las ejecuciones para aquellos ciudadanos que han consumido películas, series, canciones, vídeos, información y publicaciones procedentes de naciones “hostiles” y que no hayan pasado los filtros de Pyongyang. Este nuevo informe de la ONU se ha elaborado con entrevistas a más de 300 testigos y víctimas que pudieron huir del país y alertar de que la represión en Corea del Norte se ha intensificado considerablemente en muchos ámbitos de la vida cotidiana y se han erosionado muchas de las libertades. Algunos de estos testigos relatan que familiares, amigos, vecinos o conocidos han desaparecido después de que a alguien les delatase a la policía avisando que habían consumido algún contenido multimedia de otro país.
“Durante la última década, el Estado norcoreano ha reforzado el control sobre todos los aspectos de la vida de los ciudadanos. Ninguna otra población está sometida a tales restricciones en el mundo actual, con una extrema vigilancia cada vez más generalizada gracias a los avances tecnológicos”, recoge el informe del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos. El escrito también denuncia que, desde hace más de diez años, el ejecutivo de Kim Jong Un ha introducido nuevas leyes que permiten imponer la pena de muerte en varios casos relacionados con acciones de la vida cotidiana. Además, las Naciones Unidas también alertan que “en el año 2025, el país permanece más aislado que en casi cualquier otro momento de su historia”, viviendo así en una total desconexión del resto del mundo.
El país más restrictivo del mundo
Por otra parte, el documento recoge también como las autoridades norcoreanas han “institucionalizado” los trabajos forzados. “En virtud de las leyes, políticas y prácticas introducidas desde 2015, los ciudadanos han sido sometidos a una mayor vigilancia y control en todos los aspectos de la vida”, asegura el informe de la organización intergubernamental, que concluye afirmando con contundencia que “es la población más sometida y con más restricciones de todo el mundo”. Finalmente, el escrito pone de manifiesto y alerta que en los últimos años la policía y el ejército norcoreanos están reclutando miles de huérfanos y niños de la calle. La ONU, por todo eso, pide que la situación se envíe a consideración de la Corte Penal Internacional de La Haya.