Goteo de condenas por el golpe de estado fallido en los Estados Unidos. El líder del grupo paramilitar ultraderechista 'Oath Keepers' (guardianes del juramento), Stewart Rhodes, ha sido declarado culpable de conspiración sediciosa en un tribunal federal por el papel que jugó en el ataque al Capitolio del 6 de enero de 2021, un delito que no se había utilizado en los EE. UU. en tres décadas. Los doce miembros del jurado también han encontrado culpable de los mismos cargos Kelly Meggs, otro de los miembros del grupo ultra, mientras que han absuelto a los otros tres integrantes que también se sentaron en el banquillo de los acusados: Kenneth Harrelson, Jessica Watkins y Thomas Caldwell. Expertos juristas ya han reaccionado a la noticia en las redes sociales y muchos consideran que el veredicto es un punto de inflexión en la justicia norteamericana.

Escondían armas y munición en un hotel cerca del Capitolio

El juicio, que empezó el pasado 3 de octubre en Washington, ha dirimido el papel que ejercieron estos cinco militantes de los 'Oath Keepers' a la hora de intentar detener por la fuerza el proceso de ratificación en el Congreso de la victoria electoral de Joe Biden después de que ganara las elecciones presidenciales de 2020 y cogiera el sitio a la Casa Blanca al republicano Donald Trump. Precisamente, el expresidente también está siendo investigado por su función en el intento de golpe de estado después de que lo hayan acusado de instigar la violencia a raíz de las acciones y comentarios que hizo al conocer su derrota electoral. Durante el juicio, la Fiscalía acusó al grupo paramilitar de haber guardado armas, munición y granadas de mano en un hotel próximo a la capital con el fin de impedir a la fuerza que los congresistas certificaran los resultados.

La defensa quería culpar a Trump

Durante el asalto al Capitolio, que dejó a cinco muertos  y más de 140 agentes de las fuerzas de seguridad heridos, Rhodes se mantuvo fuera del edificio supervisando la operación, mientras que Meggs encabezó un grupo de 14 personas hasta el interior del edificio, donde se dividieron en dos subgrupos de siete, uno que se dirigió al Senado y el otro en la Cámara de Representantes. La defensa de Rhodes, por su parte, se centró en trasladar la culpa al expresidente Trump y trató de convencer al jurado de que los grupos armados de los 'Oath Keepers' que esperaban dentro de los hoteles por todo Washington no tenían intención de impedir la confirmación de Biden, sino de "reaccionar" en caso de que Trump les pidiera intervenir. Una señal que, según la organización de ultraderecha, el presidente hubiera podido realizar en virtud de una ley de 1807 que permite al comandante en jefe de las Fuerzas Armades pedir a los grupos paramilitares ciudadanos hacer cumplir la ley, y que habría ido destinada a proteger personajes "de alto nivel" que acudieron a la manifestación pro Trump de este día delante del Capitolio.