Carlos III ha anunciado este viernes que su tratamiento contra el cáncer podrá “reducirse” a partir de 2026, gracias a una evolución médica positiva. En una aparición televisada en Channel 4, el monarca británico ha explicado que el buen pronóstico ha sido posible gracias a un “diagnóstico precoz”, una “intervención efectiva” y al hecho de haber “cumplido las órdenes de los médicos”. “Es una bendición personal y un testimonio de los notables avances que se han producido en la investigación del cáncer en los años recientes”, ha declarado. Pese al anuncio, fuentes de Palacio han matizado que Carlos III continuará sometiéndose a tratamiento, si bien iniciará una nueva etapa más espaciada y de carácter preventivo. Desde que se hizo público su diagnóstico —del cual todavía no se conoce la tipología exacta—, la Casa Real británica ha ido dosificando la información, al tiempo que ha insistido en la voluntad del rey de continuar desarrollando parte de sus funciones institucionales.

“Un diagnóstico precoz, simplemente, salva vidas”, ha recalcado Carlos III, que ha querido aprovechar su testimonio personal para poner énfasis en la importancia de la detección temprana. Según el monarca, recibir la noticia de un cáncer puede resultar “abrumador”, pero cuando se identifica a tiempo puede marcar la diferencia, ya que da a los equipos médicos una oportunidad incalculable para actuar y ofrece esperanza a los pacientes. Carlos ha querido hacer un reconocimiento especial a los profesionales sanitarios que forman parte de lo que ha llamado “la comunidad de cuidados”, una red de personas —especialistas, enfermeros, investigadores, voluntarios— que, según sus palabras, “trabajan incansablemente para salvar y mejorar vidas”. Durante su intervención, también ha compartido un dato preocupante que ha conocido durante su proceso: en el Reino Unido hay más de nueve millones de personas que no están al día con las pruebas de cribado de cáncer. “Esto son, al menos, nueve millones de oportunidades de diagnóstico precoz que se pierden”, ha alertado.

Carlos III también ha expuesto que muchas personas evitan hacerse pruebas de cribado por miedo a que sean “aterradoras, vergonzosas o incómodas”. El monarca ha defendido que “unos momentos de pequeña incomodidad son el ínfimo precio a pagar por la certeza” que proporcionan estas revisiones, ya sea para confirmar que no es necesario hacer más pruebas o para detectar a tiempo una enfermedad que podría curarse si se coge a tiempo. El rey ha presentado como propósito de año nuevo “que todos pidamos tomar parte para ayudar a la detección temprana de cáncer”. Y ha cerrado su intervención con una llamada contundente: “Tu vida, o la vida de alguien que amas, puede depender de ello”.