El ejecutivo de Justin Trudeau ha decidido tomar medidas drásticas en el Canadá para luchar contra la burbuja inmobiliaria que ha dejado el mercado de pisos del país con una baja oferta y unos precios desorbitados. Desde esta semana los extranjeros ya no podrán comprar viviendas de primera residencia al país norteamericano, al menos a lo largo de los próximos dos años según especifica la ley que ha entrado en vigor esta semana y aprobada por el ejecutivo de Justin Trudeau en primavera pasada. Esta nueva normativa, pero excluye las segundas residencias e incluye algunas excepciones en las cuales los afectados sí que podrán adquirir una vivienda, como los residentes permanentes o los refugiados.

La normativa prohíbe la adquisición de pisos y casas en ciudades y pueblos canadienses con finalidad de ser primera residencia. De esta medida quedan excluidas, pero las propiedades de segunda residencia como pisos o chalets de verano o de invierno. De la nueva ley también quedan excluidos, por ejemplo, los refugiados, que sí que podrán comprar viviendas, o los residentes permanentes. La medida que ha entrado en vigor esta semana se aprobó en primavera y responde a un compromiso electoral adquirido por el primer ministro Justin Trudeau durante la campaña electoral del 2021. La normativa prevé multas de hasta 10.000 dólares a quién se salte la ley o ayude a adquirir una vivienda a quien tiene vetada la compra.

Esta drástica medida tiene como principal objetivo aliviar el mercado inmobiliario, que en los últimos años ha visto una gran bajada de la oferta y un aumento sustancial de los precios a causa de la inversión extranjera, que ha complicado las posibilidades de compra de pisos y casas por parte de la población canadiense. El mercado inmobiliario canadiense también se ha visto afectado por el aumento de los tipos de interés aprobado por el Banco central para frenar la inflación.

La medida, una de las promesas electorales de Trudeau en su última campaña a las elecciones de 2019, se pone en práctica, aunque los precios de la vivienda en el Canadá han caído en torno al 13% este año, según la Asociación Canadiense de Bienes Raíces. Todo eso después de fuertes subidas después de la pandemia y que el Banco del Canadá haya estado elevando las tasas de interés en los últimos meses. El abril pasado, el Gobierno canadiense presentó su proyecto presupuestario para el año fiscal 2022-2023 concentrado en la reducción del déficit y el abaratamiento de la vivienda al país y de los 31.200 millones de dólares canadienses (24.800 millones de dólares estadounidenses) correspondientes al nuevo gasto, una tercera parte está destinada a hacer la compra de viviendas más asequible para los canadienses.

Concretamente, la bajada de los precios de las viviendas ha sido de más de 150.000 dólares canadienses por término medio, pasando de los 800.000 del año 2021 en los 630.000 el año 2022. Así lo han explicado desde la asociación de agentes inmobiliarios, que afirman que el precio medio de una casa en el Canadá se ha estabilizado a lo largo de los últimos 265 días. Sin embargo, la nueva y restrictiva legislación de Trudeau ha entrado en vigor esta semana con el objetivo de favorecer e impulsar, todavía más, esta dinámica a la baja del mercado inmobiliario canadiense.