Ucrania no está muy contenta con el papel que la OTAN está jugando en el conflicto con Rusia. El ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmitro Kuleba, acusó la alianza, todavía no hace ni una semana, de "no hacer literalmente nada" ante la guerra. El ministro, sin embargo, elogió por sus decisiones "revolucionarías" de dar apoyo a Kyiv. Quien sabe si también podría acabar no muy satisfecha con el papel de los Estados Unidos. El presidente de los EE.UU., Joe Biden, ha dicho que los Estados Unidos no suministrarán cohetes ni armas de largo alcance que puedan llegar a Rusia. El objetivo es aliviar las tensiones con Moscú sobre el posible despliegue de misiles de largo alcance que pueden recorrer una distancia, aproximadamente, de 300 kilómetros.

No ha sido una decisión fácil para la Casa Blanca que, según parece, habría escuchado atentamente las súplicas de Ucrania. La intención es no dejar escapar ni un centímetro más de la región del Donbás, donde la situación empezar a ser crítica. Moscú estaría utilizando misiles y artillería de largo alcance y Ucrania no se quiere quedar atrás. Pero los Estados Unidos no acaban de estar convencidos. "No enviaremos a Ucrania armas o sistemas de cohetes que puedan atacar Rusia", ha explicado el mismo Biden a los periodistas. La reacción de Moscú no se ha hecho esperar. El expresidente ruso Dmitry Medvedev ha calificado las declaraciones de Biden como "razonables" y ha averiado que si las ciudades de su país hubieran sido atacadas, entonces las fuerzas rusas "habrían atacado el centro de estas decisiones criminales".

Severodonetsk, a punto de caer

Ucrania parece que podría perder la ciudad de Severodonetsk próximamente. Los bombardeos rusos son constantes y habrían destrozado ya una gran parte de la ciudad, que tenía una población de 100.000 habitantes antes de la guerra. El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha reconocido a última hora del domingo que "toda la infraestructura crítica" y "más de dos tercios de las viviendas de la ciudad" habrían estado "completamente destruidas" y ha pedido "armas más modernas para defender nuestra tierra". "Para defender nuestro pueblo".

"La situación se ha intensificado extremadamente", ha dicho este domingo al gobernador de la región de Lugansk, Serhiy Haidai. Los testimonios han dicho que la ciudad estaba siendo bombardeada "200 veces por hora" mientras que las fuerzas rusas intentaban cortar las líneas de refuerzo y rodear a los defensores restantes. Las autoridades ucranianas han descrito las condiciones de Severodonetsk como una reminiscencia de Mariúpol, la ciudad portuaria que cayó el 20 de mayo después de casi tres meses de ataques implacables.

Situación crítica en el Donbás

Los prorrusos dijeron hace unos días que unos 8.000 soldados ucranianos estaban prisioneros al Donbás, según ha dicho el embajador de la autoproclamada república popular de Lugansk en Rusia, Rodion Miroshnik, al canal Solovyov Live. "Hay muchos prisioneros. Por descontado, hay más en el territorio de la República Popular de Donetsk, pero también nosotros tenemos bastante, y ahora la cifra total ronda los 8.000", ha asegurado y recoge la agencia oficial TASS. Eso es mucho. Y literalmente se añaden centenares cada día", añadió.

Y no solo se habla de soldados presos. Zelenski expuso hace una semana, al diario ucraniano Pravda, que su ejército pierde hasta un centenar de soldados al día en la región del Donbás: "Desde hoy entre 50 y 100 personas mueren cada día en la dirección más difícil. En el este de nuestro estado. Defienden Ucrania, nuestra independencia de la cual todo el mundo habla".

 

Imagen principal: un soldado ucraniano observa un puente destrozado por el ejército ruso / Efe