Rusia gestiona una extensa red de centros para reeducar, rusificar y militarizar niños ucranianos. Así lo ha revelado un equipo de la Yale School of Public Health, después de una extensa investigación que ha descubierto 210 instalaciones donde las autoridades rusas han trasladado, desde el inicio de la guerra, hasta 35.000 menores de manera forzosa. En estos centros, los niños son reeducados en valores propios del patriotismo ruso y reciben instrucción militar, según denuncia la entidad vinculada a la Universidad de Yale. Las instalaciones, repartidas por Rusia y la Ucrania ocupada, incluyen campamentos, escuelas, bases militares, hospitales, espacios para el culto religioso e incluso universidades. Algunos de los programas a que han sido sometidos los niños ucranianos desde 2022 incluyen simulaciones de combate real, entrenamiento de paracaidistas o clases sobre cómo montar drones para las fuerzas armadas rusas. "Lo que tenemos aquí es una red de instalaciones sin precedentes, construida y ampliada expresamente desde el 2014 para convertir niños ucranianos en rusos", ha explicado a The Guardian Nathaniel Raymond, uno de los responsables de la investigación.
El informe ha descubierto que al menos 130 de los centros han participado en tareas de reeducación, incluidos esfuerzos para adoctrinar niños con narrativas favorables al Kremlin. Por otra parte, en 39 de estas instalaciones se llevan a cabo programas de militarización, donde los menores, de entre 8 y 17 años, manipulan armas de fuego, disputan competiciones de lanzamientos de granadas o aprenden sobre medicina táctica. "Es una vía para que los niños de Ucrania sean reeducados, lavados de cerebro, y convertidos en soldados", añade el investigador al rotativo británico. Casi una cuarta parte de estos centros muestran signos de expansión, y dos más estarían en construcción, lo que sugiere que Moscú, lejos de poner fin a la operación, se prepara para acoger todavía a más niños. Según Raymond, el gobierno ruso gestiona directamente la mitad de los centros, mientras que el resto son dirigidos por organizaciones vinculadas de alguna manera a las autoridades de país. En uno de los casos, se encontró que un grupo de menores de Luhansk había recibido entrenamiento aerotransportado en un avión que pertenecía a la Administración Presidencial rusa.
🚨 NEW REPORT 🚨 HRL identified 210 locations where Ukraine's children have been taken in Russia and occupied Ukraine since Feb 2022. This research expands on HRL's previous reports + is the highest number of locations to date.
— Humanitarian Research Lab (HRL) at YSPH (@HRL_YaleSPH) September 16, 2025
Read our report: https://t.co/3Vuq6DC2oX pic.twitter.com/yswJ63WVOR
1/7 What Trump and Putin don't want you to know:
— Joni Askola (@joni_askola) September 16, 2025
A new investigation shows Russia is kidnapping Ukrainian children, reeducating them in military camps, using them to build drones, and training them to fight Ukraine.
Trump cut funding to hide it—enabling genocide pic.twitter.com/ucW7ZQRtNn
Deportación sistémica y militarización de los niños
A través de imágenes de alta resolución recopiladas por vía satélite, el informe asegura que dentro de la mayoría de instalaciones se observan trincheras, campos de tiro y espacios para desfiladas. "La única cosa que no sabemos es si los niños ucranianos ya han sido desplegados en batalla", ha observado a Raymond, asegurando que, de momento, no se ha verificado de manera independiente ningún aviso de reclutamiento ni ninguna muerte en el campo de batalla que se pueda vincular con estos campamentos. El informe de Yale es el primero que revela el alcance de esta red de deportaciones de niños articulada por Rusia, hecho que refuerza las acusaciones de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad que se ciernen sobre el país. Según los investigadores, el gobierno de Vladímir Putin lleva a cabo la deportación sistemática y la militarización de los niños, dos conductas que violan a las Convenciones de Ginebra y la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño. En el 2023, el Tribunal Penal Internacional ya inició una investigación contra el presidente ruso por el presunto secuestro y deportación de niños ucranianos. Moscú siempre ha negado todas las acusaciones, afirmando que los menores solo son trasladados por motivos de seguridad e insistiendo en que ninguno ha sido secuestrado de manera forzada. Fuentes próximas al gobierno ucraniano han asegurado que este nuevo informe "proporciona pruebas irrefutables que contradicen las negaciones y la desinformación rusas, y exige acciones".
La cruzada por los derechos de los niños
El retorno de los niños ucranianos es uno de los principales frentes diplomáticos abiertos por Occidente durante los últimos meses. El mes pasado se conformó la Coalición Internacional para el Retorno de los Niños Ucranianos, integrada por casi todos los países de la Unión Europea, Japón y Canadá, entre otros. Si bien EE.UU. no se sumó a la iniciativa, la primera dama, Melania Trump, reivindicó la necesidad de "proteger la inocencia de estos niños" en una carta enviada directamente a Putin, a quien instaba a hacer "alguna cosa más que servir solo Rusia: un servicio a la humanidad". Según la iniciativa ucraniana Bring Kids Back, 1605 menores han sido devueltos por Moscú a sus familias. Sin embargo, la cifra todavía es muy lejana en la que el gobierno de Volodímir Zelenski aspira a alcanzar.
This letter from Melania Trump to Putin could be more powerful than any weapon.
— Bien Leo (@benleo444) Augusto 17, 2025
"Each child begins their lives with a purity - an innocence which stands above geography, government and ideology….
"It is time."
Moving words from the First Lady. pic.twitter.com/djeQqnc45T