La policía antidisturbios de Alemania ha desalojado este domingo a los 500 activistas que ocupaban la localidad de Lützerath, en el oeste del país, que está siendo derrocada por el gobierno alemán para construir una mina de lignito a cielo abierto. Entre las personas que los antidisturbios han echado había la mediática activista sueca Greta Thunberg, tal como han podido captar las cámaras del diario Bild. La joven también participó en la gran movilización en contra del proyecto que recogió unas 10.000 personas y que se ha saldado con doce detenciones por parte de los agentes policiales, que han utilizado cañones de agua, gas pimienta y porras contra la multitud, mientras que los manifestantes recibieron a los agentes antidisturbios con piedras, pirotecnia y cócteles Molotov, atrincherados a decenas de construcciones improvisadas arriba de los árboles y por todo el terreno.

Greta Thunberg defiende Lützerath

El activista Greta Thunberg habló a la manifestación de Lützerath y criticó al Gobierno alemán para cerrar acuerdos con consorcios energéticos. En un discurso delante de miles de activistas en este pueblo, que se empezó a desalojar definitivamente el miércoles pasado con el fin de incrementar la extracción de carbón de la mina Garzweiler II, Thunberg subrayó; "La ciencia lo dice claramente: el carbón tiene que permanecer bajo tierra, tenemos que parar la destrucción de nuestro planeta". "El carbón sigue en el suelo, seguimos aquí, Lützerath todavía existe, y mientras el carbón siga bajo tierra, esta lucha no habrá acabado. No pensemos desistir", afirmó. Thunberg calificó de "vergüenza" que el Gobierno alemán, "uno de los países más contaminantes del mundo" y por lo cual tendría que asumir responsabilidades", cierre acuerdos con consorcios energéticos como RWE, la operadora de Garzweiler II, y que priorice el lucro por encima de las personas, agregó. También criticó que se sacrifiquen vidas humanas "por el beneficio de unas pocas personas increíblemente ricas" y se preguntó cómo puede ser que en el 2023 sigan por "un camino que conduce a la nada".

Los manifestantes, algunos de los cuales hacía meses que ocupaban el pueblo para evitar la demolición, han acusado a la policía de hacer un uso desproporcionado de la violencia, que ha resultado en muchos heridos: huesos rotos, personas inconscientes, mordeduras de perro... También han publicado un vídeo que muestra personas en un túnel oculto bajo Lützerath, que se encuentran en "peligro de muerte" si la maquinaria de demolición no se detiene. "Si queremos un mundo en el cual todas las personas puedan vivir bien, tenemos que acabar con cosas como el lignito (una variedad de carbón)", dice uno de los encapuchados que sale al vídeo. El servicio técnico de protección ciudadana ante catástrofes (THW, en alemán) tiene dificultades para sacar a los ecologistas atrincherados bajo tierra.