La compra de antidepresivos se ha disparado en Rusia, con un incremento del 48 por ciento con respecto al año pasado. A finales de septiembre se habían vendido 8,4 millones de cajetines de antidepresivos por valor de 80 millones de euros, según ha informado este viernes la agencia estatal de noticias TASS, citando estadísticas del Centro de Tecnologías de Perspectiva. El aumento del número de cajetines vendidos es este 48 por ciento, pero si se tiene en cuenta el incremento del gasto en antidepresivos llega al 70 por ciento.

Rusia está en guerra con Ucrania desde el mes de febrero, y todavía no está claro si las cifras más altas de ventas de medicamentos para la depresión están relacionadas con eso. Según las estadísticas, desde el inicio de la guerra, la gente de las grandes ciudades en particular ha comprado cada vez más antidepresivos. El consumo per cápita es más alto en Moscú, San Petersburgo y, en tercer lugar, la región de Moscú. Además, el consumo de pastillas sedantes también ha aumentado significativamente.

Mientras tanto, la situación de la población en grandes partes de Ucrania es cada día más dramática. Como resultado de los ataques rusos, principalmente con drones militares iraníes, el 40 por ciento de las plantas de producción de electricidad están apagadas. Hay regiones enteras sin luz y en la capital, Kíiv, la electricidad se corta por turnos en cada distrito, en periodos de unas 4 horas. Un responsable de la compañía ucraniana Naftogaz ha declarado al diario alemán Handelsblatt, que "será el peor invierno de nuestra historia". "Prevemos que habrá cortes de luz constantes y problemas de calefacción", ha añadido.

Al mismo tiempo se empieza a hablar de reconstrucción, con un gran papel de Alemania. El lunes está prevista una reunión en Berlín de un forum con representantes del gobierno alemán y del ucraniano para abordar la cuestión. El día siguiente, el canciller Olaf Scholz y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen también tratarán la cuestión en la capital alemana.