Amnistía Internacional y grupos locales de derechos humanos han recogido testimonios de manifestantes en Bielorrusia que describen haber sido torturados o sometidos a maltratos en diferentes centros de detención, donde les habrían hecho desnudarse y habrían recibido golpes y amenazas de violación. La gente que se ha concentrado en las puertas de las prisiones a la espera de encontrar amigos o familiares desaparecidos desde hace días ha explicado que se oían los gritos del interior desde fuera. Hechoque también lo corroboran diferentes imágenes que se han hecho públicas en las últimas horas.

"Durante días, el mundo ha visto con horror cómo la policía bielorrusa ha disparado balas de goma y gases lacrimógenos contra manifestantes pacíficos. Ahora cada vez está más claro que las escenas sangrientas en las calles de Bielorrusia son sólo la punta del iceberg", explicaba la directora de Amnistía Internacional de Europa del Este y Asia Central, Marie Struthers, y recogía la misma organización en un comunicado.

De esta manera, AI recoge varios testimonios que exponen que los detenidos les dijeron que los centros de detención se habían convertido en cámaras de tortura donde los manifestantes eran obligados a tumbarse en el suelo mientras la policía les daba patadas y los golpeaba con porras. El comunicado de Amnistía recoge como a muchos los obligaron a desnudarse para después pegarles mientras oían los gritos de otras personas.

"El único crimen que cometieron fue el de salir a la calle de manera pacífica", se expone. "Lo que estamos viendo en Bielorrusia es una catástrofe de derechos humanos que exige una acción urgente".

Katsyaryna Novikava ha explicado a la organización que la detuvieron en el centro de Minsk la noche del 10 de agosto mientras caminaba hacia un supermercado. Ha pasado 34 horas en un centro y vio que el patio estaba muy lleno de hombres detenidos y que estaban obligados a tumbarse al suelo. Dentro del mismo centro, centenares de hombres fueron obligados a desnudarse y les exigieron que se pusieran a cuatro patas mientras los agentes les golpeaban con porras. Katsyaryna ha dicho que a ella le hicieron arrodillarse y pudo oír perfectamente los gritos de los demás.

Katsyaryna estaba encarcelada en una celda con 20 personas más. No les dieron ni agua ni comida durante su detención y también se les negó asistencia médica. Algunas mujeres con las que estuvo encerrada le explicaron que los policías las habían amenazado con violarlas. Después de unas 22 horas, se la informó de que estaba acusada de participar en una manifestación no autorizada. Cuando la soltaron, el día 12 de agosto, los agentes le dijeron: "Tenemos tus datos, si te volvemos a ver aquí, te mataremos". No le devolvieron el pasaporte ni las llaves de casa cuando la soltaron.

El comunicado recoge pruebas reunidas por el grupo de derechos humanos Viasna, donde se expone que en algunas comisarías se obligaba a los detenidos a tumbarse al suelo durante horas o apoyarse contra las paredes de los pasillos o patios, siendo golpeados al mínimo movimiento.

"Estos informes no son incidentes aislados. La abundancia de informes de tortura en todo el país, vídeos e imágenes corroborados ampliamente compartidos en las redes sociales, está tan extendido que es muy probable que el enfoque haya sido sancionado", ha dicho Struthers. "Pedimos una vez más a las autoridades bielorrusas que pongan fin a esta brutal campaña y permitan que los manifestantes expresen su opinión sin miedo de represalias violentas".