Los estadounidenses, si bien ya pecan de ser culturalmente muy endogámicos, ahora lo tendrán aún más complicado para ver éxitos recientes del cine catalán como 'Wolfgang' (Javier Ruiz Caldera, 2025) o 'Parenostre' (Manuel Huerga, 2025) o importar para su público algunas de las grandes películas europeas y asiáticas que tantos premios —también Oscars de la Academia americana— han cosechado en los últimos años, com la danesa 'El triángulo de la tristeza' (Ruben Östlund, 2022), la alemana 'Sin novedad en el frente' (Edward Berger, 2022) o la coreana 'Parásitos' (Bong Joon-ho, 2019). El presidente norteamericano, Donald Trump, continua con su cruzada contra medio mundo y ha anunciado este domingo nuevos aranceles: en este caso, un gravamen del 100% sobre todas las películas producidas en el extranjero, tal como ha anunciado en un mensaje en su red social, Truth Social.
El mandatario estadounidense ha afirmado que ha autorizado al Departamento de Comercio y a la Oficina del Representante Comercial de EE.UU., encabezados por Howard Lutnick y Jamieson Greer, respectivamente, a implementar de inmediato dicho arancel, con el que espera dar un empujón al cine hecho en el país. "¡Queremos un cine hecho en Estados Unidos otra vez!", ha clamado Trump en su publicación, tras asegurar que la industria cinematográfica americana "está muriendo rápidamente".
Trump ha asegurado que otros países ofrecen todo tipo de incentivos para alejar a los cineastas y estudios de Estados Unidos. "Hollywood, y muchas otras zonas de EE.UU., están siendo devastadas", ha afirmado el republicano, ante el creciente traslado de la filmación de grandes producciones norteamericanas a estudios extranjeros en países como la pujante Hungría, donde se han grabado, por ejemplo, las dos entregas de la popular y exitosa 'Dune' de Denis Villeneuve. En este país centroeuropeo, que ofrece incentivos fiscales y desarrolla una industria de estudios, se han grabado también algunas entregas recientes de La jungla de cristal, Misión Imposible, Terminator o la secuela de Blade Runner.
¿Revés contra China?
Sin embargo, esta medida arancelaria también puede apuntar nuevamente a su rival directo en la guerra comercial: China, país al que Trump ya ha implantado numerosos aranceles altísimos desde principios de abril. Precisamente, Pekín anunció a mediados del mes pasado que reduciría las importaciones de películas de Hollywood, con lo que abrió un nuevo frente entre las dos potencias. China es el segundo mercado más grande para la industria cinematográfica después de Estados Unidos, y numerosas películas occidentales aspiran a entrar en el mercado del gigante asiático para ser rentables, incluso llegando a modificar su contenido para pasar los filtros de la férrea ley del país asiático, quien a su vez es muy proteccionista con la influencia cultural norteamericana.