Preocupación por las consecuencias de un tren que descarriló en Ohio (EE.UU.) e invirtió toneladas de químicos tóxicos. El pasado 3 de febrero, un tren de la empresa Norfolk Southern descarriló y una cincuentena de coches, veinte de los cuales cargaban sustancias peligrosas, salieron de las vías a la zona de East Palestine, donde viven 4.700 vecinos, y se incendió. Pero no fue hasta dos días después de que las autoridades locales ordenaron la evacuación de todas las personas de hasta un radio de 1.6 kilómetros, ante el riesgo de que hubiera otra explosión. En el accidente, se habrían liberado químicos tóxicos perjudiciales a la salud y el medio ambiente como el cloruro de vinilo. El 9 de febrero, se llevó a cabo una explosión controlada que emanó una nube casi negra de humo y liberó gases peligrosos como fosgen y cloruro de hidrógeno, a la vez que se alertó de posibles escapes de los químicos en el río y en el suelo, además de la aparición de pescados|peces muertos y ganado aparentemente enfermo. El mismo día, la Agencia de Protección del Medio Ambiente declaró que el aire ya había recuperado los niveles normales que y los tests|tiestos de contaminación en el agua y los hogares fueron negativos y se levantó la evacuación. Con todo, son muchos los que desconfían del efectos a medio y largo plazo del incidente, sobre todo por|para la emanación de dioxinas, partículas contaminantes que no se disipan, sino que se aferran al entorno y se pueden transmitir y acumular en la cadena alimenticia.

Preocupación por los efectos a medio y largo plazo

La zona próxima al lugar|sitio del descarrilamiento ha sido declarada segura, pero eso no ha calmado las preocupaciones sobre los efectos a medio y largo plazo de las partículas contaminantes para|por la salud de los vecinos, los animales y la vida en general. En los últimos días, varios medios locales han informado de casos de niños y animales de compañía enfermos, así como la aparición de químicos en el alcantarillado y, posiblemente, lluvia ácida. De la misma manera, el incidente también ha despertado sospechas hacia el gobierno de Joe Biden, y lo acusan de no dar la suficiente importancia e incluso de encubrir con otras noticias el qué algunos tildan de "Chernobil americano". Las acusaciones de querer minimizar la gravedad del incidente se han amplificado todavía más después de que un periodista fuera arrestado y reducido a la fuerza por agentes de seguridad mientras informaba sobre la noticia, presuntamente para grabar|gravar mientras se llevaba a cabo una rueda de prensa detrás suyo.