El expresidente peruano Alberto Fujimori ha pedido "perdón" este martes por haber "defraudado" a una parte de sus compatriotas durante su Gobierno (1990-2000) y ha agradecido el indulto humanitario que le ha otorgado el actual presidente, Pedro Pablo Kuczynski. "Soy consciente que los resultados durante mi gobierno de una parte fueron bien recibidos, pero reconozco, por otro lado, que he defraudado también a otros compatriotas. A ellos les pido perdón de todo corazón", ha dicho en un mensaje grabado en vídeo en la clínica donde permanece internado desde el viernes pasado.

En el mensaje, difundido en su cuenta oficial en Facebook, Fujimori asegura que la noticia del indulto humanitario le "sorprendió" en la unidad de cuidados intensivos de la clínica. "Esto me ha producido un fuerte impacto en el que se mezclan sentimientos de extrema alegría y pesares", añade.

El exgobernante expresa, además, su "gratitud por el paso complejo" que, según dice, ha dado Kuczynski al aprobar su indulto y el perdón de todas sus penas y de los procesos que aún tenía en curso. "(Esto) me compromete, en esta nueva etapa, para apoyar decididamente su llamado a la reconciliación", asegura.


Kuczynski otorgó el indulto humanitario y la gracia presidencial a Fujimori el pasado domingo 24, pocas horas antes de la Navidad, lo que sorprendió a sus compatriotas y en las horas siguientes generó manifestaciones de protesta y el rechazo de gran parte de la sociedad organizada y partidos políticos.

El presidente firmó el indulto solo tres días después de evitar su destitución por el Congreso, por sus vínculos con la constructora brasileña Odebrecht, gracias a la abstención de un grupo de diez fujimoristas liderados por Kenji Fujimori, hijo menor de Alberto, que anteriormente había pedido de manera abierta a Kuczynski indultar a su padre.

Delitos de lesa humanidad

En un mensaje televisado, Kuczynski llamó "errores" a los delitos de lesa humanidad por los que fue condenado Fujimori a 25 años de cárcel y aseguró que la decisión de indultarlo "quizá" ha sido la más difícil de su vida. "Se trata de la salud y las posibilidades de vida de un expresidente del Perú que, habiendo cometido excesos y errores graves, fue sentenciado y ha cumplido ya 12 años de condena", argumentó.

El indulto era la única vía de Fujimori para salir de la cárcel, pues la naturaleza de lesa humanidad de los delitos, por matanzas y secuestros durante su mandato, no le permitía acceder a ninguna reducción de la pena. Por ese motivo, se sustentó en el informe de una junta médica que consideró que Fujimori padece fibrilación auricular paroxística, hipertensión, insuficiencia mitral, cáncer de lengua del que ha sido operado en seis ocasiones y una hernia lumbar, lo que se supuestamente se agrava en prisión.

El expresidente fue condenado en 2009 a 25 años de prisión como autor mediato (con dominio del hecho) del asesinato de 25 personas en las matanzas de Barrios Altos (1991) y La Cantuta (1992), perpetrada a cargo del grupo militar encubierto Colina, y por el secuestro de un periodista y un empresario en 1992.

Renuncian funcionarios de derechos humanos

Los funcionarios encargados de las oficinas de defensa de los Derechos Humanos del Ministerio de Justicia de Perú han renunciado a sus cargos tras el indulto otorgado al expresidente Alberto Fujimori, según han informado este martes medios locales.

Entre las dimisiones están las del director general de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia, Roger Rodríguez; el secretario técnico de la Comisión Multisectorial de Alto Nivel sobre paz, reparación y reconciliación (CMAN), Daniel Sánchez; y la responsable del Programa de Reparaciones Simbólicas de esa comisión, Katherine Valenzuela.

En su carta de renuncia, Rodríguez, quien integró la Comisión de Gracias Presidenciales que recomendó rechazar el indulto a Fujimori en 2013, señala que fue "testigo de excepción" de cómo se "pretendió manipular la realidad". Por su parte, Sánchez asegura que el indulto se tramitó de manera acelerada y que le "resulta por eso insostenible permanecer en la institución y, en un contexto así, vergonzoso, representar a una oficina que dialoga permanentemente con las víctimas".