También se pueden beber tintos en verano aunque con el calor nos apetecen más cosas heladas y a los amargos no les va el frío. Es verdad que por los taninos del vino, que aumentan si también ha pasado por crianza en madera, no se pueden servir a una temperatura superior al ambiente de bodega: es decir a unos 16 grados.

Aunque también encontramos tintos de cuerpo mucho más ligero como los pinot noir, garnachas suaves o los vinos elaborados a partir de una maceración carbónica que sí que se pueden servir a unos 13 grados. En definitiva, todo este rollo para explicarte que hoy no quiero hablarte del archiconocido “tinto de verano”, ese cóctel que se parece tanto a la sangría que puede cambiar de calidad según la base del mismo y hay sitios que aprovechan y le ponen muchos endulzantes para usar vinos de calidad discutible. Pero si tuviera que jugar al scatergories (sí, ese juego tan millenial) estaría fuera del concepto vino en mayúsculas. Hoy quiero contarte sobre un vino para tomarlo con una chaquetita tejana por la noche a una buena temperatura de unos 15 grados.

Terroir sense Fronteres Negre

Un vino de un grado alcohólico nada alto para ser mediterráneo 12.5%. De viñas treintañeras y que están a unos 3.000 metros de altura que combina un 25 % de cariñena con un 75 % de garnacha negra. Con una mineralidad única que refleja el alma de la denominación de origen Montsant y que comparte el mismo tipo de suelo que el Priorat, la licorella, con el cupaje estrella de la zona. Los racimos se vinifican enteros diez días con sus levaduras autóctonas.

Ocho meses envejecidos en inox.
Un vino tinto para degustar también en verano!