Josep Grau Viticultor desarrolla desde hace veinte años su proyecto vitivinícola en el Montsant, donde respeta y ensalza las viñas de la zona con un concepto claro: "si tratamos las viñas con una viticultura en que la planta se desarrolle plenamente y respetamos la uva que llega a la bodega sin modificar nada, tendremos vinos que llevarán|traerán nuestros sentidos a los parajes donde nacen", señala Josep Grau.

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Bodega Josep Grau / Foto: Cedida

Así surgen vinos tan emblemáticos como La Florens, que embotella la gran calidad de la cosecha y la identidad de cepas|vides que tienen entre 75 y 105 años, procedentes de las preciadas viñas del municipio de Capçanes. Sin embargo, este vino guarda una bella historia que lo vincula con la Florentina, a la madre de Josep Grau, o, mejor dicho, la Florens, el diminutivo con que lo llamaba|nombraba Josep. "La Florens evoca la personalidad de una persona amable, serena, alegre, moderna y llena de humanidad y capacidad de amar|estimar", asegura a Grau.

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Bodega Josep Grau / Foto: Cedida


La Florens embotella la esencia de las viñas asentadas principalmente sobre suelos calcáreos a 340 metros sobre el nivel del mar. Se trata de un terreno que, a pesar de las pocas precipitaciones, es capaz de retener la humedad. La escasez en materia orgánica provee las cosechas de uva concentradas y expresivas y, aunque los rendimientos de estas parcelas sueño muy escasos, a causa de la edad de las viñas, en el 2022 tuvieron una sanidad excepcional. Tal como marcan los principios de la bodega y su compromiso con la sostenibilidad, el cultivo es ecológico y se le aplican prácticas que preservan la biodiversidad de la viña. Posteriormente, en la bodega, con una intervención mínima, se preserva la esencia de la garnacha y las características de la cosecha, de forma que el vino relata la identidad de, cuya, viña de La Florens la última añada marca la cima|cumbre de este trabajo.

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Josep Grau / Foto: Cedida


"2022 fue un añada de sequía, con momentos desesperados, y con dosis de lluvia. Mínimas, sí, pero que llegaron en momets oportunos, ya que proporcionaron el agua suficiente para mantener los frutos de estas viejas viñas a pesar de las condiciones adversas. Los vientos justos para aportarles la mínima humedad y para secarles en el momento justo para no tener enfermedades procedentes de la propia humedad", comenta Josep Grau.
A pesar de la adversidad, el fruto maduró correctamente. Después de la vendimia, la bodega selecciona meticulosamente cada uva, devolviendo a la viña de origen los que no ofrecen suficiente calidad, porque|para que sirvan como compuesto. Las mejores uvas serán las que permanecerán 9 meses en foudre austríaco de 2.500 litros y, posteriormente, descansarán en botella para acabar de perfilar sus matices.

La nota de cata, por Josep Grau:

Si hubiera una palabra que definiera La Florens, es sutileza. Su color rubí recuerda la mañana de la vendimia. La boca es tan deliciosa y sería al mismo tiempo, que nos pide oír|sentir el placer de su profundidad, su grandiosa personalidad.
Los matices de cerezas y fresas, mezclados con flores, pétalos de rosa y violetas, nos llevan a una dimensión que va más allá de los aromas presentes. Una sensación etérea y aérea de la sabiduría del fruto, presente con delicadeza. La Florens 2022 es una frase amable que pide cerrar los ojos, te acaricia y te lleva|trae a un momento de intimidad para disfrutar plenamente.

PVP: 30 €

Sobre Josep Grau Viticultor

Josep Grau Viticultor es el gran proyecto de vida de Josep Grau, donde se buscan vinos auténticos y con muy poca intervención, sin artificios|artimañas, que respeten el lenguaje natural de la viña. Los primeros pasos se dieron en el 2003, cuando|cuándo nacieron las primeras 300 botellas de un proyecto radicado a la DON Montsant que en el 2016 se extendió también a Gratallops, en la DOQ Priorat, un territorio por lo que Grau se ha sentido siempre atraído y que supone la culminación de un sueño vitivinícola para él y su familia.
La filosofía de Josep Grau Viticultor se fundamenta en el respeto por la naturaleza, la elaboración de vinos sinceros, que tengan identidad del territorio y sean capaces de transmitir la fuerza del paisaje.
El viticultor y bodeguero considera la elaboración del vino como una forma bella de conexión con el entorno natural.