A muchos les pasa que se deprimen al volver de vacaciones. Menos las madres y padres que celebran que el curso empiece antes de tiempo. Lo que está claro es que después del verano tampoco la cosa está para tirar cohetes. Y menos este 2022. Mucho se habla de la cuesta de enero y poco de la de septiembre. Si quieres desconectar de los quilos de más y conectar con tu parte más sensorial te recomiendo estos cuatro vinos que valen más de lo que cuestan (¡10 euros!).

Empecemos con el rosado que cromáticamente es terapéutico y más este rosa palo fresco que recuerda al albaricoque. Viña Real suena a clásico y más si te cuento que es de la denominación de origen calificada Rioja. Un 30 % de tempranillo y un 70 % de viura.

Pinyeres Blanc del Celler Masroig de la DO Montsant es un cremoso y voluptuoso monovarietal de garnacha blanca que en la añada 2020 ha obtenido 9.62 en la Guia Vins de Catalunya. Envejecido con sus lías durante seis meses en tinas de acero inoxidable.

Plana del Fonoll Sauvignon Banc 2021, este monovarietal que hace este blanco ligero de la DO Catalunya de viñas localizadas en Horta de Sant Joan, tiene 90 puntos en la Guía Peñín y menos de 12.5 %. Dress code: servirlo muy frío, a unos seis grados.

Y con el último me he excedido del precio (en el Celler de Gelida lo tenemos a 10.60) pero vale la pena. Nos llevamos los aires de la Tramuntana de la Costa Brava con este DO Empordà cupaje de syrah, garnatxa negra y cabernet sauvignon con una maceración prefermentativa que lo dota de estas notas balsámicas de hierbas mediterráneas. Se llama Pur y es de la bodega Mas Oller.

Cuatro vinazos para degustar este final de verano y celebrar la entrada del otoño. Porque este último es ya de cuando necesitas una mantita en el sofá.

#ConVinoConTodo