Cada primer domingo de mayo se celebra el Día de la Madre y, por mucho que en el imaginario colectivo se crea que esta festividad es un invento del Corte Inglés, la realidad es que el origen de la fiesta nace precisamente de la empresa rival de los grandes almacenes: es un invento de las Galerias Preciado. Al principio de los años sesenta, Galerias Preciados decidió ir por su cuenta y sacar adelante la iniciativa de celebrar el día de la madre el primer domingo de mayo, coincidiendo con el mes de Maria y, por lo tanto, con el apogeo máximo de la primavera. Hasta aquel momento el Día de la Madre se celebraba el 8 de diciembre, coincidiendo con Inmaculada Concepción, por eso durante unos años la festividad coexistió comercialmente en dos fechas diferentes, hasta que el año 1965 las autoridades eclesiásticas del franquismo decidieron celebrar este día tan especial, también emocionalmente, en el mes de mayo.

Y todo eso qué tiene que ver con beber vino, te debes estar preguntando. Pues en realidad no guarda ninguna relación, o quizás sí. En primer lugar, que tanto el Día de la Madre como el hecho de disfrutar de una buena botella de vino son dos cosas que pueden celebrarse en cualquier día del año sin perder nunca ninguna brizna de autenticidad. El amor y la felicidad no entienden de calendarios, ya se sabe. En segundo lugar, que hay muchas maneras de demostrarle amor a una madre el Día de la Madre, estaremos de acuerdo, desde un simple pero emotivo abrazo hasta una carta escrita a mano o un humilde regalo con productos cosméticos, pero en los últimos años el fenómeno más recurrente el Día de la Madre ha sido un acto a veces más pensado de cara a la galería que de cara a una madre: publicar una foto de tu madre en los stories de Instagram o en Twitter, incluso cuando tu madre no tiene Instagram ni Twitter.

En la Bodega de ElNacional no hemos venido a poner en duda la sinceridad y la nobleza de la acción, como tampoco hemos venido a promocionar el consumismo desenfrenado en este día único, pero lo que Meritxell Falgueras y un servidor sí que hemos venido a daros tres ideas para demostrar amor a una madre, más allá del postureo maternal en las redes sociales: compartiendo con ella una buena botella de vino. Porque Séneca dijo que en el vino está la verdad, pero también dijo que a una madre no se la puede mentir nunca, quizás por eso hacer un brindis con una madre es una manera de sincerarse. Una manera, en definitiva, de decir "te quiero", incluso sin decirlo.

Galena 2017
Cercado Galena

D.O.Q. Priorat
Garnacha, Cariñena, Merlot y Cabernet Sauvignon
Alrededor de 18€

Empezamos por un vino elaborado a partir de uvas criadas, literalmente, con el amor de una madre: Galena es un vino ecológico elaborado a partir de una rigurosa selección manual de la uva. Uno a uno. Con cuidado. Después ya viene la fermentación y la maceración en tanques de acero inoxidable y más tarde, claro está, un suave prensado de las pieles con el fin de seguir con la fermentación maloláctica. Y después, doce meses de crianza en bota|tonel de roble y veinticuatro meses en botella. Si hay una cosa más lenta que un parto es la paciencia que se necesita para elaborar un buen vino, cosa que bien sabe Merche Dalmau, propietaria de la bodega Clos Galena, un sueño que su marido Miquel Pérez hizo realidad justo en medio del Priorat. Un vino potente y fresco, donde se detecta la presencia de la mineralidad y donde destacan los aromas de especies negras. ¿Un vino económico? No especialmente, pero un vino ganador de varios concursos internacionales y con 92 puntos Parker es como el amor de una madre: no se puede cuantificar con precio.

Galena vino

Care
Bodegas Añadas

D.O. Cariñena
Garnacha y Sirah
Alrededor de 5€

¿Se puede decir "te quiero" a una madre con un vino económico? Por supuesto que sí, y más si es un vino con una historia fascinante detrás suyo: los antiguos romanos llamaron 'Care' a la actual ciudad de Cariñena, en el oeste de Aragón, ya que etimológicamente 'care' evolucionó a 'caraellana', que significa "La llanura querida". De esta llanura, pues, es de donde provienen las uvas de garnacha (75%) y sirah (25%) con los que se elabora Care, un vino que, como su nombre, remite a su origen y al vínculo con la tierra autóctona. Con un envejecimiento breve de sólo dos meses, Care tiene una apariencia atractiva y en el paladar es un vino que estalla con recuerdos de fruta, exhibiéndose con un final persistente.

Care vino

Singular
Juvé & Camps

D.O. Cava
100% Moscatel
Alrededor de 20€

Un Día de la Madre sin una copa de cava es menos Día de la Madre. En general, si tenemos que ser sinceros, un domingo sin cava es menos domingo. Singular es un Brut Nature Gran Reserva cien por cien monovarietal que se suma al Milesimé, Milesimé Rosé y Blanc de Noirs como vinos espumosos monovarietals de esta bodega que esta semana ha ganado indirectamente un Premio Óscar con la película Otra ronda. El hecho de que sea un cava elaborado únicamente con Xarel·lo le otorga una identidad especial, empezando por un color muy pálido (a pesar de la crianza) y sobre todo acabando por la riqueza aromática propia de esta variedad autóctona del Penedès. Un cava, en definitiva, sensual y sofisticado, más cerca de ser considerado uno espumoso gastronómico que no de ser un cava para tomar una copa una noche de verano, pero sobre todo un cava para acompañar comidas que valga la pena recordar. Y un Día de la Madre, evidentemente, es digno de ser recordado siempre. Sobre todo si tenemos en cuenta que el Día de la Madre es -o debería ser- cada día.

Juvé & Campos