Casar vinos y quesos es una experiencia deliciosa que permite resaltar los sabores y aromas de las dos cosas. ¿La pregunta, en este caso, no es cuando tienes que tomar vino con queso, sino que hay un momento malo para combinar queso y vino? El maridaje de vino con queso no es muy diferente de casar vino con cualquier otro alimento, pero sí que hay algunos puntos clave a tener en cuenta y te los explicamos a continuación. El copropietario de la quesería Llet Crua, Xevi Miró, nos pone luz a la oscuridad sobre un mundo delicioso y poco explorado por el público general.



En general, lo más importante a tener en cuenta sobre el vino no es tanto el sabor de frutas, aromas o hierbas, como las características generales del vino, es decir, si es dulce, el frescor, la acidez o la intensidad. Una vez tengas claras las pautas generales de un vino, es muy difícil que te equivoques al combinarlo. Ahora bien, tal y como deja claro al inicio del vídeo Xevi Miró, la primera y fundamental norma es "hacer lo que te guste y no seguir ninguna otra norma que no sea esta". Ahora bien, puestos a dejarse llevarse por las recomendaciones de los expertos, Miró se pone manos a la obra.

¿Vino tinto o cava? La jerarquía del queso

El primer aspecto a saber es que los vinos tintos no son los únicos que casan acertadamente con los quesos. "Ni todos los vinos tintos son iguales, ni tampoco todos los quesos son iguales". De hecho, el quesero pone nombre a su preferencia como bebida: el cava. "Si tuviera que escoger un vino que fuera bien con casi todo, este sería lo cave, que es, en la mayoría de las veces, un vino blanco". Y es que el copropietario de Leche Cruda demuestra una vez más que a la gastronomía se rompen reiteradamente muchos mitos sobre los vinos, los quesos y otros productos.

Un rasgo relevante que es importante dejar claro es la jerarquía entre los vinos y los quesos. "Lo que yo quiero cuando hago un maridaje de vinos y quesos, es que el vino no pase por encima del queso". Para conseguirlo, es más fácil que pase con los vinos blancos con pocos taninos, que con los vinos tintos que son más ásperos. Ahora bien, hay una variedad enorme de quesos y, por lo tanto, todos los vinos son adecuados según se trate de un queso o de otro. Por ejemplo, "el queso cuidado de leche de oveja aguantará bien la vez de un vino tinto", defensa Miró. En cambio, un queso de pasta blanda de cabra casará mucho mejor con un vino blanco.

Las cervezas y los quesos, de la mano

Nueva desmitificación, y es que las cervezas pueden casar muy bien con los quesos. Por ejemplo, "una stout o una porter irá muy bien con un queso azul", confiesa Xevi Miró. Además, una ventaja clarísima que beneficia las cervezas es que, al tratarse de una medida más pequeña, podemos abrir diferentes para combinar con los quesos y probar diferentes sabores. En cambio, las botellas de vinos son mayores y, por lo tanto, perdemos esta ventaja. "Una cerveza IPA va como anillo en el dedo con un queso alpino o de vaca".

Y, finalmente, para acabar de marear la perdiz, Miró explica maridajes más complicados, pero muy divertidos. "Los whiskys o los vino dulces son excelentes opciones para los quesos azules", sentencia el quesero Xevi Miró.