Hoy, quizás, te has levantado con resaca. Ayer, quizás, fue una noche de fiesta, y hoy, quizás, te mereces un desayuno de churros con chocolate como dios manda. Pero también podría ser que ayer te fueras a la cama después de las campanadas, y hoy te hayas levantado con las mismas ganas de churros que los jóvenes (y no tan jóvenes) que salen de fiesta por Nochevieja. Ya seas de los unos o de los otros, lo que está claro es que unos buenos churros, el primer día del año, son la mejor manera de empezar en el 2024. ¿Pero qué diferencia hay entre los churros y las porras? ¿Por qué no decimos "vamos a hacer unas porras" si son muy habituales en todas partes?

Diferencias entre churros y porras

El diccionario define los churros como "fruto de la sartén, de la misma masa que se utiliza para los buñuelos y de forma cilíndrica estirada". Efectivamente, exclusiva nacional: el churro es un fruto. No, pero, ahora en serio. La RAE define los churros como una pasta en forma cilíndrica. En ningún caso se habla de dulce, porque el azúcar se le añade después, igual que el chocolate o el recubrimiento que se quiera utilizar. El azúcar no es intrínseco del churro. Solo lo es el tipo de masa, que es el mismo que se utiliza para hacer buñuelos.

Por otra parte, la RAE define la porra como "fruto de la sartén similar al churro, pero más grande". Hay que puntualizar que la acepción de 'fruto' en estas definiciones hace referencia a la 'consecuencia de alguna cosa', al origen, a la herramienta de donde salen los churros y las porras. No, evidentemente los churros y las porras no son frutas. La única diferencia entre un churro y una porra, por lo tanto, es el tamaño. La misma definición de porra coge como referencia el churro. Viene a decir, básicamente, que una porra es un churro grande.

El diccionario define los churros como "fruto de la sartén, de la misma masa que se utiliza para los buñuelos y de forma cilíndrica estirada"

🍫 Receta de churros
 

El sabor y la textura

Y eso último es cierto, en parte. A la hora de preparar churros y porras no y hay diferencias notables más allá del tamaño. La masa y la técnica son las mismas. Sin embargo, a pesar de estar hechos iguales y de lo mismo, los churros y las porras tienen sabores y texturas ligeramente diferentes. Eso siempre dependerá de cómo estén cocidos los churros, pero como norma general, las porras suelen ser más tiernas, y los churros más crujientes. Al ser más pequeños, los churros tienen, en proporción, más superficie de masa frita. Es decir, tienen más corteza crujiente que miga en comparación con las porras, que tienen mucha más miga y, por lo tanto, suelen ser más tiernos. Los dos, sin embargo, se acostumbran a comer con azúcar o mojar en chocolate a la taza. Un alimento muy típico para desayunar, pero que también llena terrazas y cafeterías a la hora de merienda.