Es sabido que recordar fechas de cumpleaños y santos de todos nuestros familiares y amigos es un trabajo casi imposible, y es que por mucho que les queramos no podemos recordar tantas fechas. Ahora bien, hay un santo que nunca nadie olvida (cuando menos porque es un día festivo y eso ya lo hace especial para todo el mundo): Santa María, el 15 de agosto. Cada año, alrededor de la festividad de la Asunción de Maria, el pequeño municipio de la Selva del Camp, en el Baix Camp, se convierte en el escenario de uno de los tesoros más preciados del patrimonio teatral catalán: el Misteri de la Selva. Esta representación religiosa, escrita en el siglo XIV en catalán medieval, narra la muerte, la asunción y la coronación de la Virgen. No solo es el único texto íntegro de un drama asuncionista medieval conservado en lengua catalana, sino que también es una muestra viva de la pervivencia del teatro religioso popular.
El Misteri de la Selva es una tradición que une generaciones y que ha resistido el paso del tiempo gracias a la implicación del pueblo. Este artículo pretende acercarse a los orígenes, el contenido y el significado de esta obra única, así como a su vigencia actual como patrimonio cultural y espiritual del territorio.
El Misteri de la Selva es uno de los testigos más antiguos y valiosos del teatro religioso medieval en lengua catalana. El texto fecha de finales del siglo XIV y ha llegado hasta nuestros días conservado en un manuscrito que actualmente se encuentra en el Arxiu Parroquial de la Selva del Camp. La obra forma parte del género de los misterios, una forma teatral de origen medieval que tenía como objetivo explicar episodios bíblicos o de la vida de los santos de una manera comprensible para el pueblo. Aunque en la península Ibérica solo se conservan unos pocos ejemplos (como el Misterio de Elche), el de la Selva destaca por ser el más antiguo escrito íntegramente en catalán y por su fidelidad al texto original.
Una obra en verso catalán medieval
El argumento gira en torno a la muerte, la asunción y la coronación de la Virgen, siguiendo la tradición, apócrifa de la Dormición. La estructura de la obra se divide en varios cuadros escénicos que combinan acción dramática, diálogos y cantos litúrgicos. El texto destaca por el uso del verso catalán medieval, con una lengua rica y arcaica, que demuestra el alto nivel cultural de los clérigos y poetas de la época. Además, incorpora elementos simbólicos y teológicos propios del momento, como la presencia de ángeles, apóstoles y demonios.
Una herramienta de transmisión religiosa y cultural
Uno de los aspectos más relevantes del Misteri de la Selva es su función como herramienta de transmisión religiosa y cultural. El teatro, en aquel contexto, no era solo entretenimiento, sino una manera de educar el pueblo en la fe y los valores cristianos. Esta dimensión pedagógica, unida a la calidad literaria del texto, lo convierte en una pieza clave para entender la tradición teatral medieval catalana y su función social. Gracias a su conservación íntegra y al hecho de que todavía se representa hoy día, el Misteri nos ofrece una ventana única en el pensamiento, la lengua y la devoción popular de hace más de seis siglos.

Un pueblo unido
La fuerza del Misteri de la Selva radica, en gran parte, en la implicación directa y apasionada por el pueblo que lo mantiene vivo año tras año. Más de un centenar de personas —entre actores, músicos, técnicos y voluntarios— participan en la representación, casi todos ellos sin formación profesional, pero con un profundo compromiso emocional y cultural con la obra. Los ensayos empiezan habitualmente en el mes de junio y se intensifican a medida que se acerca el 14 y 15 de agosto, fechas en que el Misteri se escenifica dentro de la iglesia parroquial de Sant Andreu. Muchas familias participan desde hace décadas, y no es extraño ver paras, hijos y abuelos compartiendo escenario, cosa que transforma la preparación del Misteri en una auténtica experiencia comunitaria.
Así pues, con más de seis siglos de historia, el Misteri de la Selva no es solo una pieza teatral de origen medieval, sino un símbolo de identidad colectiva y fe popular. Su valor patrimonial fue reconocido oficialmente el año 2010, cuando la Generalitat de Catalunya lo declaró Element Festiu Patrimonial d’Interès Nacional, un reconocimiento que refuerza la importancia de preservar esta expresión artística única. Este distintivo pone en valor la calidad literaria e histórica del texto y la tarea de toda una comunidad que, generación tras generación, ha mantenido viva la tradición.