La felicidad parece algo que todos buscamos, pero que nadie nos enseñó a construir. En la escuela aprendimos fórmulas matemáticas, historia de reyes y capitales del mundo. Pero nadie explicó cómo gestionar las emociones, cómo levantar la autoestima o cómo cuidar la salud mental. El médico y conferenciante Mario Alonso Puig asegura en su canal de YouYube que ahí está el error. Y que todavía estamos a tiempo de corregirlo.
Para Puig, todo se puede aprender. Un profesor puede mostrar la anatomía del hígado en una clase. Pero también se pueden transmitir valores como la empatía o la compasión. Eso sí, no con palabras, sino con ejemplo. “Lo que marca es lo que vemos, no lo que nos dicen”, insiste. La gran carencia de la escuela, según él, no está en las asignaturas, sino en olvidar la formación en felicidad y bienestar.

Tres cosas esenciales que no enseñan en las escuelas
El primer pilar que propone es la autoestima infantil. Cómo un niño se mira a sí mismo determinará cómo se relaciona con el mundo. Si se percibe capaz y valioso, crecerá seguro. Si se ve débil o indigno, reaccionará con miedo o rabia. Por eso, asegura Puig, es fundamental trabajar la confianza, el sentimiento de ser amado y el poder transformador del afecto sin condiciones.
El segundo pilar es la salud mental. Para el médico, sigue siendo un tabú en España. Mientras que en otros países acudir al psicólogo o psiquiatra es algo normal, aquí aún se interpreta como un signo de debilidad. Puig lo rechaza de plano. “¿Quién no necesita ayuda en algún momento de su vida?”, pregunta. Durante la pandemia, recuerda, muchos profesionales se atrevieron a decir públicamente: “Necesito ayuda”. Y fue un gran avance.

Imprescindibles para ser feliz
El tercer pilar es la visión integral de la persona. El ser humano no se reduce al cuerpo o a la mente. También está la dimensión espiritual. Puig lo explica con la metáfora de los colores: amarillo, cian y magenta. Cada uno distinto, pero juntos crean uno nuevo. Así funcionan cuerpo, mente y espíritu. Si cuidamos uno, beneficiamos a los otros. Ejercicio físico, descanso adecuado, meditación y gratitud son claves en este equilibrio.
Para él, la educación debería incorporar estas enseñanzas desde la infancia. Igual que se aprenden idiomas con mayor facilidad de pequeños, también es más eficaz introducir hábitos de bienestar, técnicas de atención plena y una mentalidad positiva en los primeros años. Estar en el aquí y ahora, aprender a gestionar el lenguaje interno y practicar la gratitud son herramientas que deberían enseñarse como cualquier otra asignatura.