Quizás te sorprende, pero el catalán es una de las lenguas con más hablantes de la Unión Europea. Tiene más que el sueco, el búlgaro, el gaélico irlandés, el danés, el eslovaco, el finés, el lituano, el letón, el esloveno, el estonio o el maltés. En el ámbito global, a finales de 2016 era la 88.ª lengua más hablada, con un total de 9,1 millones de personas que saben el idioma. Y es que el catalán no se habla solo en Catalunya: el dominio lingüístico de la lengua catalana se extiende sobre cuatro Estados europeos (que incluyen unos 68.000 kilómetros cuadrados). Por lo tanto, es normal que haya lugares fuera de Catalunya donde quizás no te imaginabas que hablaban catalán. Acomódate en La Tumbona de ElNacional.cat, que los visitamos.
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Obviaremos todos aquellos territorios más evidentes. Aparte de Catalunya, está bien claro que dentro de las fronteras del Estado español la lengua catalana también se habla en el País Valencià, en la franja de Ponent y en las islas de Mallorca, Menorca, Eivissa y Formentera. Así que todos estos lugares quedan descartados. Fuera del Estado español, el catalán también se habla en tres Estados más: en Andorra, en el estado francés (Catalunya Nord) y en Italia (L'Alguer). Tampoco hablaremos de ellos. Pero el mencionado dominio lingüístico no se acaba aquí: a continuación tienes cinco lugares donde no sabías que se habla catalán.
1. El catalán en Murcia
En el Estado español todavía falta comentar un lugar donde quizás no pensabas que se habla catalán: El Carche, en la Región de Murcia. Se trata de un territorio con unos 600 habitantes que comprende parte de los municipios de Yecla, Jumilla y Albanilla, haciendo frontera con los municipios valencianos de Pinós y L'Alguenya (Vinalopó Mitjà). Hace relativamente poco que se conoce su existencia como zona de habla catalana: se puede decir que se descubrió en los años cincuenta del siglo pasado, a partir de las investigaciones sociolingüísticas de Manuel Sanchis y Guarner.
En El Carche se habla lo que se conoce como valenciano meridional, que según la filóloga Esther Limorti Payà destaca por la armonía vocálica, la pérdida de la -r final, el yeísmo y el betacismo. Desgraciadamente, no disfruta de ningún reconocimiento oficial por parte de la administración murciana. Pero es verdad que la Acadèmia Valenciana de la Llengua imparte cursos de catalán en varios municipios de la zona, después de que en 2005 el Ayuntamiento de Yecla pidiera ayuda a la institución por mor de una instancia presentada por un vecino al defensor del pueblo del País Valencià. Fue en 2010 cuando Jumilla y Albanilla se sumaron al proyecto.

2. El catalán de los gitanos de Francia
Del Estado español pasamos al Estado francés, donde también hablan catalán. Y no, no nos referimos a la Catalunya Nord, sino a los gitanos catalanes. El periodista Eugeni Casanova, en el libro Els gitanos catalans de França. Llengua, cultura i itineraris de la gran diàspora (Pagès Editors, 2016), explica cómo una docena de apellidos como Batista, Patrac, Ferrer, Pubill, Cargol o Malla se extienden desde los Pirineos hasta Bélgica en comunidades que han mantenido el catalán como lengua propia. Los Gipsy Kings, Manitas de Plata o Kendji Girac son ejemplos de artistas que pertenecen a este colectivo.
Hace unos años, había unos 6.000 catalanohablantes en la Gironda, unos 5.000 en Montpellier, unos 4.000 en Béziers, unos 3.000 en Tolouse, unos 2.000 en Carcasona, unos 1.500 en Niza, unos 1.000 en Lyon, unos 700 en Agda... que se esparcían hacia las localidades fronterizas, de manera que podría haber decenas de miles de catalanófonos de nacionalidad francesa. Su lengua está basada en la de los gitanos de Perpinyà (Rosselló), una mezcla entre el rosellonés y el central; pero también hay un grupo específico en Saint-Gaudens y en Montauban (Alto Garona), así como en Villeneuve-sur-Lot (Lot y Garona), que habla un catalán con base nordoccidental con aragonesismos.
3. El catalán en Malta
Ya está, no quedan más territorios ni al Estado español ni en el francés donde podamos decir que se habla catalán. Ahora, toca hacer un poco de trampa: diremos que en Malta se habla catalán. Esta afirmación es falsa, aunque la gracia aquí es la influencia de la lengua catalana en el maltés. Durante unos 250 años, esta pequeña isla del Mediterráneo estuvo bajo dominio de la Corona de Aragón, la administración, la cultura y los negocios de la cual tenían como lengua el catalán. Es por esto que ha dejado una huella importante en la lengua maltesa, que tiene una alta presencia de léxico catalán, entre un 15 y un 20%. Abbokkament, andana, anell, armirall, benestant, ġelat, gwardarobba, illuminat, iżolat, kap, kurda, moll, mastrudaxxa, moviment, nord, novell, porporat, rużinjol, tirabuxù... son algunas de las palabras del maltés con influencia del catalán.
4. El catalán en las universidades del mundo
Seguimos con las trampas: en las universidades del mundo se habla catalán. En este caso, esta afirmación no es falsa, aunque no hablamos realmente de un territorio en los términos que hemos utilizado hasta ahora. La cuestión aquí es que el Institut Ramon Llull hace años que promueve los estudios de lengua y cultura catalanas a las universidades del exterior. Así pues, hay unas 150 universidades con estudios catalanes en Alemania, Argentina, Austria, Brasil, Canadá, Croacia, Cuba, Eslovaquia, Eslovenia, España, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Hungría, Irlanda, Israel, Italia, Japón, México, Países Bajos, Polonia, Portugal, Reino Unido, República Checa, Rumania, Rusia, Serbia, Suecia, Suiza y Chile. Además, no hace mucho que el catalán ha vuelto a la universidad de China.
5. El catalán por todo el mundo
Finalmente, una última trampa: por todo el mundo se habla catalán. Eso tampoco es una afirmación falsa, tan solo hablamos de las comunidades catalanas al exterior. Se trata de entidades privadas, reconocidas en los lugares donde se establecen y por el Govern de la Generalitat. Según el Departament d'Acció Exterior, hay más de noventa entidades oficialmente reconocidas y en activo por todo el mundo. La Societat de Beneficència de Naturals i Descendents de Catalunya es la comunidad catalana en el exterior más antigua y fue creada el año 1840 en La Habana (Cuba), con el objetivo principal de dar ayuda y apoyo a los catalanes emigrados desde principios del siglo XIX que se encontraban en situación de necesidad o de precariedad. El mencionado departamento cuenta con un registro de las comunidades catalanas en el exterior.