Viajar con bebés es una verdadera aventura y puede ocurrir cualquier cosa. Desde que vayan todo el camino dormidos y uno no se entere de que están dentro del coche, a que lloren, vomiten y pongan de los nervios a sus padres. Por eso, lo mejor es planificarse bien el viaje para evitar problemas.

Los sistemas de retención

Como indica la DGT, la primera cuestión es siempre la seguridad. “Para los pequeños de la casa, hasta 135 centímetros de altura, es obligatorio viajar siempre con un sistema de retención infantil”, explica el organismo. Es importante elegir el sistema de retención adecuado en función del peso y del tamaño del niño, y no de su edad.

Además, el sistema elegido debe estar homologado, lo que significa que ha superado de manera satisfactoria una serie de pruebas. Por último, es importante recordar que los menores deben viajar en los asientos traseros del vehículo, preferiblemente en el centro. Además, un menor viaja más seguro si lo hace en sentido contrario a la marcha, siempre siguiendo las normas que fijan tanto el fabricante del sistema de retención y del vehículo.

Un niño con mascarilla sentado en su silla del coche / Unsplash
Un niño con mascarilla sentado en su silla del coche / Unsplash

Medidas a tomar

Es aconsejable que la persona que no conduce viaje en el asiento trasero con el más pequeño, para atenderle ante cualquier circunstancia. Se debe llevar agua y algo de comida ligera, manteniendo una temperatura de entre 21 y 23 grados y sin que exista una fuente de aire acondicionado que le llegue de forma directa. Cuando sea invierno no debe llevar ropa de abrigo, por su seguridad. Además es mucho más incómodo sobre todo si el trayecto es largo.

A partir de los pocos meses pueden distraerse con objetos o libros, por eso –en el caso de que no se mareen– se puede llevar algún objeto seguro tipo juego para el coche o cuento, para que el niño vaya más entretenido y el viaje se le haga más corto.

Se aconseja parar cada hora y media o dos horas para sacar al niño, especialmente si hay que darle lactancia materna o biberón y siempre en un entorno seguro –una parada en una zona de descanso de la autopista o en una acera, nunca en la carretera directamente–. Nunca hay que sacar al niño del sistema de retención si se está en movimiento, ni aunque esté nervioso o llorando. Se busca un lugar para hacerlo adecuado.

Para evitar vómitos y mareos, no es bueno proporcionarles una comida copiosa o demasiado líquido. En su lugar, son más adecuados los alimentos ligeros y de fácil digestión, sobre todo los niños mayores de 3 años. Como bebida, siempre es aconsejable darles agua y no otro tipo de bebidas más excitantes o azucaradas.

Además, la DGT recuerda que la seguridad del niño también depende del conductor, por lo que es imprescindible respetar las normas, conducir de forma tranquila y relajada, sin agresividad ni brusquedades, dejando un espacio de seguridad, y ajustando la velocidad a las circunstancias del tráfico.