El catalán, además de ser una lengua con una gran riqueza literaria, cuenta con un gran número de expresiones muy útiles en el día a día: los chascarrillos (retrucs, en catalán). Estas réplicas ingeniosas, rimadas y a menudo surrealistas, se utilizan como respuesta a una pregunta o un comentario aparentemente serio, aunque también se utilizan para saludar, bromear o, simplemente, dejar a alguien con un palmo de narices. Una especie de poesía popular improvisada muy única, que, desgraciadamente, se está perdiendo.

Por eso, desde La Tumbona de ElNacional.cat hemos seleccionado algunos de los mejores chascarrillos recogidos en una publicación de X del historiador y periodista Jaume Fàbrega, que pide a sus seguidores que hagan memoria y compartan sus chascarrillos preferidos. ¡Presta atención, porque muchas de estas expresiones son únicas!

Para empezar fuerte: preguntas y mierdas

Uno de los atractivos de los chascarrillos es que rompen las expectativas. Preguntas inocentes como "¿qué hay para comer?" pueden terminar con una respuesta explosiva:

Què hi ha per dinar?
Brundes.
Què són brundes?
La merda que et treus de les ungles.

Directo, escatológico e imprevisible. O bien:

Què hi ha per dinar?
Mangresos.
Què són mangresos?
Els collons dels francesos.

"Tengo sed" y "tengo hambre", chascarrillos de máxima creatividad

En vez de mostrar compasión, los chascarrillos catalanes responden al hambre y a la sed con burlas y humor seco:

Tinc set.
Pixa i beuràs calentet.

Tinc fam.
Pega un bram.

Tinc una pixera que m’arriba a La Jonquera...
... i, si no vaig a pixar, m’arribarà a Perpinyà!

Rimas absurdas y respuestas de chiquillos

Muchos chascarrillos tienen ese toque de patio de escuela, como si salieran de un manual de insultos rimados de la infancia:

De què vas, bordegàs?
És broma, poma. Vas bé, cirerer!

20 i 20?
40.
Ton pare pixa i ta mare canta.

7 i 7?
Catorze.
Agafa un cagarro i esmorza.

Quién se ha muerto y quién lo entierra

Uno de los subgéneros más populares del chascarrillo es el cuento rimado con personajes insólitos:

Saps qui s'ha mort?
L'avi Porc.
I saps qui l'enterra?
L'avi Serra.

O bien:

Qui s’ha mort?
L’avi Tort.
Qui l’enterra?
L’avi Serra.
Qui toca les campanes?
Les gitanes.
Qui plora?
La senyora.
Qui riu?
La perdiu.

"¿Qué pasa?": el chascarrillo más universal

El "¿qué pasa?" tiene tantas respuestas posibles como pueblos hay en los Països Catalans. Y todas igual de creativas:

Què passa?
Un burro per la plaça!

Què passa?
Que el campanar és més alt que la plaça!

Què passa?
La processó per ta casa.

Y si tienes más ganas de fiesta mayor:

Què passa?
Un ruc per la plaça menjant carabassa!

Chascarrillos de calle y de mano tendida

Incluso gestos tan simples como un apretón de manos pueden generar una cadena de chascarrillos:

Tot el dia he corregut per xocar la mà d’aquest ruc!
I jo no m’he mogut de casa per xocar la mà d’aquest ase!

O aquel que te dice:

Ja estic!
Com un burro calçat i vestit.

Un patrimonio oral que conviene no olvidar

“A la taula i al llit, al primer crit!”, decía la abuela. Y eso mismo se podría decir de los chascarrillos: son espontáneos, directos y mejor si se lanzan sin pensárselo mucho. Este tipo de versos en cadena son casi trabalenguas rústicos, y sí, todo el mundo se sabe tres o cuatro de memoria. Recuperar este patrimonio oral nos recuerda que el catalán no solo es apto para la literatura o la administración, sino que brilla con luz propia en la lengua coloquial y la creatividad popular. Si tienes un buen chascarrillo en la punta de la lengua, no te lo quedes: tíralo y prepárate para dejar a todo el mundo sin respuesta.

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