La tradición navideña catalana se articula en torno a tres fechas clave que llenan los hogares de encuentros familiares, comidas especiales y rituales compartidos: la Nochebuena, el día de Navidad y Sant Esteve. Pero, más allá del calendario, cada familia vive estas fiestas a su manera y da más protagonismo a una fecha u otra. En algunos casos, las costumbres se mantienen inalterables generación tras generación; en otros, se adaptan a las nuevas dinámicas sociales y laborales. El orden de importancia puede variar en función de la tradición familiar, el lugar de residencia o incluso las preferencias gastronómicas.
