Las urnas del 23-J se abrieron domingo pasado con una batería de pactos PP-Vox recién salida del horno. La celeridad con que Pedro Sánchez convocó las generales abrió la puerta a una retahíla de acuerdos entre los dos partidos a la derecha del PSOE después del 28-M. La conclusión es que el bloque PP-Vox ha mejorado ligeramente los resultados respecto al 2019 en las comunidades autónomas donde comparten gobierno o han firmado un acuerdo de legislatura (País Valencià, Castilla y León, Extremadura e Islas Baleares). De los 43 escaños de hace cuatro años a los 46 del 2023.

Ahora bien, la cifra global se tiene que escudriñar con detalle para ver matices. En estos territorios el PP empuja con fuerza y ha subido de 26 a 38 diputados, después de engullir los votos de Ciudadanos y robar papeletas a Vox haciendo apelaciones a la concentración de voto para derrotar a Pedro Sánchez. Por el contrario, Vox ha perdido hasta la camisa en las comunidades en las cuales han pactado con el PP. Han bajado de los 17 a los 8 diputados. El varapalo es especialmente fuerte en Castilla y León, donde los de Feijóo y Abascal experimentaron al primer ejecutivo de coalición, porque los populares (18) se han zampado cinco escaños a la extrema derecha, que se ha quedado con un solo representante.

Evolución voto derecha ccaa por laura cercos
Elaboració gràfic: Laura Cercós

A continuación analizamos los resultados del 23-J en las autonomías controladas por la derecha y la extrema derecha, al margen de la Región de Murcia y Aragón, donde los dos partidos todavía mantienen negociaciones abiertas para hacer arrancar la legislatura después del 28-J.

La nueva coalición en el País Valencià perjudica a Vox

El País Valencià se mantiene fiel al Partido Popular, un territorio fértil en las urnas. Allí el PP y Vox firmaron un acuerdo exprés para hacer un gobierno de coalición al cabo de pocos días de las elecciones autonómicas de mayo. Tan rápido que Carlos Mazón ya ha sido investido presidente y la extrema derecha española ha asumido la presidencia de las Corts, la vicepresidencia y tres consejerías del ejecutivo. Pues bien, este pacto forjado a alta velocidad ha premiado a los populares y ha castigado a Vox.

Respecto de los comicios de 2019, con los tres del Botánico comandando a la Generalitat valenciana y con el PSPV ganando las elecciones, los conservadores han sido la primera fuerza, han subido cinco escaños (13), han absorbido a los dos representantes de Ciudadanos y han pescado de la ultraderecha, que baja dos (5). En votos, el PP casi dobla los resultados en comparación con el 2019 (918.415) alcanzando el 34,9% del total (23,2% en 2019), y Vox, a pesar de bajar a dos representantes, ha recolectado tan solo 56.000 apoyos menos (15,6%). Vale la pena apuntar que en la Comunidad Valenciana esta vez había 33 diputados en juego, uno menos que hace cuatro años.

Vox se desploma en Castilla y León a costa del PP

Castilla y León fue la primera experiencia de un gobierno compartido entre el PP y Vox. A raíz de las elecciones de febrero del 2022, Alfonso Fernández Mañueco comparte ejecutivo con los ultras. Fue el primero en cruzar el rubicón desde la Transición española. Lejos de perjudicarles, los populares han vuelto a salir victoriosos, han pasado de 13 a 18 escaños y, de esta manera, se han quedado con cinco de Vox, que ha mantenido uno de solitario.

En la translación de votos, el partido de Feijóo ha subido 10 puntos respecto del 2019 (41,6%), obteniendo 588.979 apoyos (438.993 hace cuatro años), mientras que el partido de Santiago Abascal las pasan canutas porque, a raíz de la caída de cinco escaños, han perdido 35.000 votos por el camino (195.377 contra 230.743) y firman el 13,8% del conjunto.

 

 

El PP aumenta la diferencia en Extremadura

El caso extremeño fue el más polémico. La popular María Guardiola acabó aceptando que Vox entrara al ejecutivo después de negarse a ello durante la campaña y después de conocer los resultados de las elecciones autonómicas. La resistencia de Guardiola, que no admitía que los ultras negaran la violencia de género, duró el tiempo que tardó en llegar la llamada de la cúpula.

Con Vox en la Junta de Extremadura, el PP se ha zampado un escaño (de 3 a 4) de los ultraconservadores, que mantienen tan solo a uno. Los populares (37,9% del conjunto) quedan como segunda fuerza con 236.936 votos (+82.667), a poca distancia del PSOE, que a pesar de perder a un representante (4), ha vuelto a ganar las elecciones (243.956). En cambio, y a pesar de ocupar una porción de poder autonómico, las urnas han perjudicado a Vox, que ha perdido más de 14.000 votos. En Extremadura había en disputa 9 escaños, uno menos respecto del 2019.

El PP roba votos a Vox en las Islas Baleares

A diferencias de las comunidades anteriores, el PP de Marga Prohens gobierna en solitario en las Islas Baleares. Obtuvo la abstención de Vox para ser investida y, para conseguir el apoyo externo, Prohens firmó un pacto de legislatura que tiene que cumplir si quiere mantener la complicidad parlamentaria de los ultras, que no forman parte del ejecutivo balear, pero sí que ostentan la presidencia del Parlament y han entrado al Consejos Insulares de Mallorca y Menorca.

Con este contexto, la suma PP-Vox envía a cuatro diputados a Madrid, aunque se rompe la igualdad registrada en el 2019 entre las dos formaciones a la derecha del PSIB. El Partido Popular araña uno (4) a la extrema derecha, que mantiene uno solo. En papeletas, los populares son la fuerza ganadora, suben en torno a 75.000 votos en relación al 2019 (178.715) y obtienen el 35,65% de los votos emitidos (+12,6 puntos respeto 2019). En el otro lado de la balanza, Vox pasa a ser la última fuerza, superado por la coalición Sumar-MÉS por Mallorca, a pesar de perder tan solo 1.200 apoyos (15,21% del conjunto).

 

 

Murcia beneficia al PP en detrimento de Vox

La situación en la Región de Murcia está enquistada. En el sur del País Valencià, el PP y Vox no se pueden de acuerdo para enfilar la investidura del popular Fernando López Miras, hasta el punto que los ultras han bloqueado dos veces la elección del presidente y abocando la región a una repetición de elecciones. Las relaciones están bloqueadas porque los populares, que tan solo les falta la abstención de dos diputados ultras, se niegan a aceptar la petición de Vox de conformar un gobierno codo con codo.

Con todo, las urnas del 23-J han quitado un diputado a Vox (2), que ha ido a parar a manos del PP (4). El equilibrio entre las dos fuerzas de hace cuatro años se ha roto en beneficio de los populares, que han desnivelado el empate técnico con el PSOE que se registró en el 2019. Los de Feijóo pasan de los 189.500 votos (26,7%) a los 306.999 (41,24%), mientras que los de Abascal se mantienen en la tercera posición y van bajan de los 199.829 del 2019 (28,16%) a los 162.481 del 2023 (21,83%).

El PP arrasa en Aragón pescando del PSOE y la España vaciada

En Aragón, el PP y Vox también negocian la investidura del popular Jorge Azcón, vencedor indiscutible del 28-M, que tiene que sustituir al socialista Javier Lambán. En esta comunidad está la particularidad de que existen partidos regionalistas como Aragón Existe o el Partido Aragonés que pueden ayudar a la ecuación. Con el panorama parado, las elecciones del domingo pasado favorecieron descaradamente al PP, que salió como primera fuerza, pasando de cuatro a siete escaños, por delante de los cuatro del PSOE y uno de Sumar -el diputado de Teruel Existe ha desaparecido en beneficio del PP-. Los conservadores se anotaron, a la comunidad vecina, el 36,3% de los votos, que representan 257.670 papeletas (+90.437). En cambio, a pesar de mantener a un diputado, Vox ha bajado a los 103.887 votos, perdiendo 15.049 en relación a la última contienda de alcance estatal.