Tal día como hoy del año 1936, hace 86 años, en Guadarrama (Madrid), en el contexto de las primeras semanas de la Guerra Civil española (1936-1939), un pelotón de paramilitares rebeldes franquistas asaltaba y asesinaba a Josep Sunyol i Garriga, presidente del FC Barcelona, y a sus tres acompañantes: el periodista deportivo Pere Ventura i Virgili (del rotativo La Rambla), un teniente del legítimo ejército republicano y el chófer del automóvil en el que viajaban. Según la investigación historiográfica, el presidente Sunyol y sus acompañantes se dirigían al frente de guerra, situado en el Alto del León (a cinco kilómetros al noroeste de Guadarrama), cuando fueron sorprendidos por un pelotón de la facción rebelde emboscado en aquel paraje solitario.

Según la misma investigación historiográfica, el presidente Sunyol transportaba 50.000 pesetas de la época (el equivalente a unos 500.000 euros) que el club había destinado a la compra de víveres y armamento para las tropas del legítimo gobierno republicano que defendían Madrid. Sunyol y sus acompañantes fueron atracados y, acto seguido, conducidos y fusilados en un bosque próximo a la carretera. La noticia de aquel brutal asesinato no fue comunicada a los familiares de las víctimas y a la sociedad en general hasta nueve días después (15 de agosto de 1936), cuando el ejército republicano pudo recuperar los cadáveres. Aquel día, el FC Barcelona nombró a un comité de empleados, que regiría los destinos del club hasta el 29 de noviembre de 1937.

El 9 de febrero de 1939, quince días después de la ocupación franquista de Barcelona, el Tribunal de Responsabilidades Políticas del nuevo régimen, emplazado en la capital catalana y dirigido por el coronel Jorge A. Villamide Salinero, dictó la orden de incautación de todos los bienes del difunto presidente Sunyol. Ni el régimen franquista surgido del conflicto civil ni el régimen constitucional que lo ha seguido han investigado la identidad de los asesinos del presidente Sunyol y de sus acompañantes; ni siquiera nunca han pedido perdón por aquellos asesinatos, ni tampoco el club ha sido nunca resarcido por aquel robo. Ochenta y seis años después de aquel crimen y cuarenta y cinco años después del restablecimiento de un régimen democrático, aquellos crímenes continúan impunes.