Tal día como hoy, hace 119 años, nació en Barcelona Josep Trueta. A pesar de su inclinación inicial hacia el mundo artístico acabó siguiendo la tradición familiar -su padre era médico en el barrio del Poble Nou- y consagró su vida a la investigación médica. Especialmente a la investigación de las infecciones derivadas de las heridas de guerra que causaban la muerte. Inicialmente lo hizo desde su cátedra en la Universitat Autònoma de Barcelona. Posteriormente -después de la Guerra Civil del 36- se exilió y continuó sus investigaciones desde su cátedra de Oxford (Inglaterra).

Trueta investigó el origen y las consecuencias de la gangrena, causante de la muerte del 20% de los heridos de guerra. Y descubrió que la infección externa se propagaba por el interior del organismo, hasta provocar un fallo renal que era el auténtico causante de la muerte. En 1934 presentó un método -aplicado con éxito durante los bombardeos sobre Barcelona de 1937, que consistía en la extirpación de los tejidos dañados causantes de la infección y la inmovilización del cuerpo con yeso. El "Método Trueta", aplicado sistemáticamente durante la Segunda Guerra Mundial, salvó miles de vidas.

Pero al margen de su actividad científica, el Doctor Trueta desarrolló una actividad política que es menos conocida. En 1940 -durante los primeros bombardeos de la aviación alemana sobre Londres- el gobierno británico le nombró asesor especial de Sanidad. Esta responsabilidad le permitió acceder al "establishment" británico, y servir de enlace -embajador oficioso- entre el Govern de la Generalitat en el exilio y los gobiernos aliados en el conflicto mundial. En el transcurso de esta misión realizó numerosas y destacadas gestiones que tenían como objetivo internacionalizar la causa catalana.