Tal día como hoy del año 1717, hace 308 años, en Viena (capital del archiducado independiente de Austria) nacía María Teresa de Habsburgo, segunda hija de Carlos de Habsburgo y de Isabel Cristina de Brunswick. Carlos —el padre de María Teresa— había sido el candidato al trono de los países de la Corona catalanoaragonesa durante la guerra de Sucesión hispánica (1701-1715), y se había casado con Isabel —la madre de María Teresa— en la basílica de Santa Maria del Mar de Barcelona, el 1 de agosto de 1708. Desde que Catalunya se había sumado a la alianza austracista (1705), la corte de Carlos de Habsburgo residiría siempre en el Palau del Rei de la capital catalana.

La prematura e inesperada muerte del hermano mayor de Carlos, el archiduque José I de Austria (17 de abril de 1711) y la ley sálica austríaca que impedía la sucesión en la persona de las hijas del difunto, cambió radicalmente el paisaje de aquel conflicto. Carlos relevó a José y la alianza austracista se rompió. No obstante, Carlos —inicialmente— no renunció a sus derechos sobre la corona hispánica y, aunque se fue a Viena para ser coronado, mantuvo a Isabel en Barcelona como prenda del compromiso que en 1705 (juramento de las Constitucions de Catalunya) había adquirido con los estamentos del poder de Catalunya (los Tres Comuns).

En las postrimerías de la guerra, Carlos e Isabel se reunirían en Viena (julio, 1713), mientras Barcelona resistiría heroicamente el asedio borbónico francoespañol (1713-1714). Carlos e Isable nunca volvieron a Catalunya. En Viena tuvieron cuatro hijos: Leopoldo, que moriría al nacer (1716); María Teresa (1717), la sucesora de su padre; María Ana (1718) y María Amalia (1724). En 1740, moría Carlos y, con la ley sálica derogada (1713), María Teresa se convertía en la nueva archiduquesa independiente de Austria y en la reina de Hungría y de Bohemia. Durante su reinado (1740-1780) se inició el camino que conduciría a Austria a la categoría de primera potencia de la Europa del Este.