Tal día como hoy del año 1604, hace 419 años, en Vila Viçosa (reino de Portugal-estados de la monarquía hispánica), nacía Joan de Bragança y de Velasco, que treinta y seis años más tarde, coincidiendo con el inicio de la Revolución catalana de los Segadors (1640), que conduciría a la Guerra de Separación de Catalunya (1640-1652/59), lideraría una revuelta en Lisboa y restauraría la monarquía portuguesa, absorbida por el rey hispánico Felipe II, a la muerte sin sucesión de Enrique I de Portugal (1580). Ese movimiento contó con el apoyo de las clases aristocráticas y mercantiles portuguesas, terriblemente descontentas con la corrupción que carcomía el aparato de gobierno hispánico y que había provocado importantes pérdidas coloniales (territoriales y comerciales) en Brasil.

Joan estaba casado con Lluïsa de Guzmán, sobrina del conde-duque de Olivares (ministro plenipotenciario de la monarquía hispánica, 1623-1643). Esta sería una de las razones que explicarían por qué la monarquía hispánica priorizó el frente de guerra catalán: Olivares habría estimado muy beneficioso para sus intereses particulares situar a una sobrina en el trono de Portugal. La otra razón, tanto o más importante, era que el gobierno de Catalunya había firmado una alianza con Francia. Esta alianza permitía a la monarquía francesa, que disputaba a la hispánica el liderazgo continental, disponer de una balconada en suelo peninsular. Portugal, a diferencia de Catalunya, confirmó su independencia después de derrotar repetidamente a los hispánicos.

El motivo por el cual Portugal confirmó su independencia se debía, principalmente, a la existencia de una clase militar propia (la nobleza), que, a diferencia de Catalunya, no había desaparecido del paisaje social del país y fue fuertemente armada y reforzada por las potentes clases mercantiles de Lisboa, enriquecidas con el negocio colonial. La Guerra de Restauración duró veintiocho años (1640-1668), pero la independencia se había producido durante las semanas posteriores a la revolución. Joan, que fue coronado como Joan IV, y Lluïsa inauguraron la estirpe Bragança, que reinó en el trono de Lisboa (como Bragança y como Saxònia-Bragança) hasta que en 1910 Manuel II fue destronado y Portugal se convirtió en una república.