Tal día como hoy del año 1085, hace 933 años, moría en la isla de Cefalonia (Grecia) el mercenario y aventurero normando Roberto de Hauteville, conocido también como Roberto Guiscardo, afectado por una fiebre tifoidea. Roberto de Hauteville, nacido en Coutances (Normandía) el año 1015, era descendiente de la élite vikinga que, dirigida por el príncipe Rollón se había establecido en la Normandía a principios de la centuria del 900 y había creado un ducado semi-independiente en la esfera política del reino de Francia. Posteriormente los Hauteville, una rama menor de la casa ducal vikinga de Normandía, acabarían empobrecidos y se convertirían en mercenarios y aventureros.

Hacia el año 1035 Tancredo (su padre), con su hueste particular, se desplazaría a Apulia (en el extremo suroriental de la península italiana), entonces escenario de un importante conflicto que enfrentaba a los oligarcas milaneses y los emperadores bizantinos. Roberto lo acompañaría y rápidamente alcanzaría un papel importante en aquel pequeño ejército. Durante la primera fase de su estancia, pondrían sus armas tanto al servicio de los unos como de los otros, hasta conseguir la fuerza suficiente para forzar a los contendientes a concederles el dominio de Calabria (en el extremo sudoccidental de la península italiana) que, durante varias generaciones, ejercerían de forma casi independiente.

Nace Roger de Llúria, un viking en la corte de Barcelona. Mapa posessions normandas el año 1130. Fuente Wikimedia Commons

Mapa posesiones normandas el año 1130 / Fuente: Wikimedia Commons

El dominio de Calabria los convertiría en un nuevo actor político de la región. Esta situación conduciría, entre otras cosas, a que el Pontificado (la superpotencia de la región) fijara su atención e impulsara el matrimonio entre Ramón Berenguer II, conde independiente de Barcelona, y Mafalda de Apulia, hija de Roberto de Hauteville y princesa de Calabria, que buscaba construir una alianza entre dos potencias navales emergentes (Barcelona y Calabria) en la esfera política de Roma. Roger, el hijo y heredero de Roberto, colaboraría con su sobrino Ramón Berenguer III en la conquista de Tarragona, poniendo a su servicio a la hueste de un pariente suyo nombrado Robert d'Aguiló.

La alianza entre Roberto de Hauteville y Ramón Berenguer I de Barcelona ―los abuelos de Ramón Berenguer III― culminaría dos siglos más tarde con la unión dinástica de las casas de Barcelona y de Sicilia.