Tal día como hoy del año 1085, hace 935 años, moría en Cefalonia (Imperio romano de Oriente) el guerrero de origen vikingo Roberto de Hauteville, en aquellos momentos duque independiente de Apulia y Calabria (el dominio normando que correspondía al actual tercio sur de la península italiana). Roberto de Hauteville, nacido hacia 1015 en el ducado independiente de la Normandía (el estado vikingo creado por el mítico Rollón durante el siglo IX), había muerto a causa de una infección en el transcurso de una campaña militar en Grecia.
En el transcurso de su vida se había convertido en la figura más exitosa y paradigmática del fenómeno de los guerreros mercenarios, muy común en la Europa de la época. Con su ejército particular había llegado a la península italiana llamado por los gobernantes cristianos para detener el avance árabe desde la isla de Sicilia, y con una extraordinaria habilidad —era conocido como Guiscard (que, en francés-normando, significaba el Pillo o el Astuto)— había alcanzado el gobierno personal e independiente de un amplio dominio.
Roberto de Hauteville buscó el reconocimiento y la protección del Pontificado (uno de sus antiguos clientes) para consolidar su independencia. Eso explica por qué Salerno —la capital de su dominio— adquiriría la bandera cuatribarrada (el símbolo de la protección pontifical) como símbolo local. También eso explica que su política exterior se orientara hacia otros aliados del pontificado, como el condado independiente de Barcelona (que también tenía la bandera cuatribarrada como enseña).
En esta misión, casó a su hija Mafalda con el conde Ramón Berenguer II. El primogénito de la pareja catalano-vikinga sería Ramón Berenguer III, que sería el soberano catalán que impulsaría, definitivamente, la expansión territorial catalana: ocupó los alrededores de Lleida y Tortosa para evitar que cayeran en manos aragonesas, y ocupó efímeramente Mallorca (que se ganaría definitivamente con Jaime I). Durante su gobierno aparecería documentado por primera vez el gentilicio "catalanes".
El matrimonio entre Ramón Berenguer II y Mafalda sería el inicio de una larga y fructífera alianza entre los dominios independientes de Barcelona y Apulia-Calabria que culminaría con la incorporación de Sicilia (1282) y de Nápoles (1442) al Casal de Barcelona. En 1713, en Utrecht (Países Bajos) Felipe V desharía toda esta obra: entregaría estos territorios a Carlos de Habsburgo, a cambio de la retirada de sus ejércitos del conflicto sucesorio hispánico (1701-1715).