Tal día como hoy del año 1550, hace 471 años, en Valladolid (corona castellanoleonesa) el rey hispánico Carlos I (nieto y heredero de los Reyes Católicos) firmaba un decreto que imponía la lengua castellana a los nativos americanos. Otras fuentes fechan la firma de este decreto el 7 de junio del mismo año. En cualquier caso, se decía: “Como una de las principales cosas que Nos deseamos para el bien de esa tierra es la salvación e instrucción y conversión a nuestra santa fe católica de los naturales de ella y que también tomen nuestra policía y buenas costumbres; y así tratando de los medios que para este fin se podrían tener, ha parecido que uno de ellos y el más principal sería dar orden como a esas gentes se les enseñase nuestra lengua castellana, porque sabida ésta, con más facilidad podrían ser doctrinados en las cosas del Santo Evangelio y conseguir todo lo demás que les conviene”.

Aquel decreto se aplicó en un escenario de extrema violencia y represión que, inicialmente, no dio los resultados que los dominadores esperaban. Treinta años más tarde (1580), el rey Felipe II (hijo y sucesor de Carlos I) reforzó el decreto inicial, pero ordenó, también, que se averiguara cuál era la lengua autóctona más hablada en el continente sudamericano y, que junto con el castellano, se impusiera como "lengua general". Posteriormente, aquella política se abandonó, y diez años después (1590), el mismo Felipe II decretaba: "Como sabéis, importa mucho que todos los indios sepan la lengua castellana, así con más facilidad y copia de ministros puedan ser doctrinados y enseñados, para que se les quiten las ocasiones de idolatrías y otros vicios y cosas en que se distraen por medio de su lengua, os mando y encargo procuréis dar orden en que desde la niñez, vayan los dichos indios hablando la lengua castellana y haréis todas las diligencias posibles”.