Tal día como hoy del año 1939, hace 81 años, el ayuntamiento franquista de Tarragona organizaba una recepción oficial y una comida de honor al almirante Oscar de Gianbernardino, de la armada italiana, que había participado activamente en la Guerra Civil española bombardeando varias ciudades de la costa mediterránea peninsular. Según la prensa de la época (La Vanguardia Española, 04/07/1939), el almirante Gianbernardino llegó a Tarragona acompañado por el capitán general Álvarez Arenas, que se intitulaba jefe de los Servicios de Ocupación, referido al territorio de Catalunya.

La misma prensa relata que la corporación municipal de Tarragona, presidida por el alcalde Eusebio Mújica, lo obsequió con una comida de honor en el Hotel Europa (entonces situado en la Rambla y actualmente desaparecido), donde fueron invitados todos los cabecillas locales y provinciales del régimen franquista (civiles y militares) y la comunidad italiana en Tarragona. Aquellos faustos contrastaban con el aspecto ruinoso de la ciudad; que, en aquel momento, presentaba en toda su magnitud los efectos de los 144 bombardeos que, entre 1937 y 1939, las aviaciones alemana e italiana habían lanzado contra la ciudad.

Los testimonios gráficos de la época revelan una ciudad fantasmagórica: 74 edificios totalmente destruidos y 522 edificios parcialmente hundidos, que, en total, representaban el 50% del parque inmobiliario de la ciudad. A todo ello se sumaba el paisaje de miseria y enfermedades que imperaba por todas partes y el paisaje de represión representado por el Pretorio, popularmente denominado Castell de Pilats, un edificio en ruinas de la época romana, que el régimen franquista había habilitado como centro de reclusión de presos políticos, y que en aquel momento concentraba a más de 2.000 personas en condiciones infrahumanas.