Tal día como hoy del año 1938, hace 80 años, el gobierno ilegítimo de Burgos presidido por el general Franco y formado por los militares alzados contra la legalidad republicana, cesaba de sus funciones al general Queipo de Llano que, desde el 18 de julio de 1936, había sido el "vocero" de la sublevación militar franquista. Queipo de Llano, desde la emisora de Radio Sevilla, se había hecho célebre por sus brutales soflamas, que contenían indudables amenazas de infringir padecimiento y de causar la muerte contra los políticos republicanos y contra sus familias. Su discurso, chabacano y grosero, fue especialmente contundente contra los políticos republicanos andaluces. Pero en sus brutales soflamas nunca se olvidó ni de los políticos ni de los milicianos republicanos catalanes. Ni de sus respectivas familias.

Queipo de Llano, durante el tiempo que fue el "vocero" de los alzados, se convirtió en la representación del terror, señalando a las víctimas y sus familias, animando a los asesinos y anticipando la tortura y el asesinato de miles de personas. El léxico de su discurso, repleto de insultos y de amenazas, rápidamente se convertiría en parte importante del lenguaje coloquial de los partidarios del golpe de estado militar. El término "rojo-separatista" acompañado de "ratas", "hordas", "maleantes", "indocumentados", "canallas" o "hebreos" se convirtieron en el léxico habitual del vocabulario nacionalista español para referirse a los políticos republicanos catalanes. Y a partir de 1937, se convertiría también en el lenguaje habitual de la prensa en la zona controlada por los sublevados, que era obligada a publicar, punto por punto, todas las soflamas de Queipo de Llano.

Llegó a proclamar "nuestros valientes legionarios y regulares han demostrado a los rojos cobardes lo que significa ser hombres de verdad. Y a la vez, a sus mujeres. Ahora, ellas, por lo menos sabrán lo que son hombres de verdad y no milicianos maricones. No se van a librar, por mucho que berreen y que pataleen". Y en otra ocasión, se dirigió por radio a un comandante republicano y lo amenazó diciéndole: "tenemos a tu familia en nuestro poder y todos ellos pagarán por sus vidas por lo que tú hagas"; sugiriendo que con su piel haría bolsos y carteras. Queipo de Llano no sería cesado por el contenido de sus soflamas, sino porque la popularidad que había adquirido amenazaba el liderazgo de Franco. Queipo ha sido comparado con Quevedo, el "vocero" del régimen hispánico de Lerma y de Olivares, que desde sus letras animaba a abrir guerra contra Catalunya.