Tal día como hoy del año 1415, hace 606 años, las tropas portuguesas del infante Enrique (futuro rey Enrique, llamado el Navegante) iniciaban la operación militar de conquista de Ceuta, que, después de un día de combates, culminaría avanzada la noche con la toma de la plaza. Aquella operación bélica, que requirió de un formidable esfuerzo económico de la monarquía portuguesa, tenía el claro propósito de dominar la que, en aquel momento, era la clave principal del estrecho de Gibraltar y, de esta manera, controlar ―y incluso impedir― el tráfico naval de catalanes y genoveses (principales rivales comerciales de Portugal) hacia las nuevas rutas atlánticas que se estaban abriendo.

El inicio de la conquista de estas nuevas rutas comerciales atlánticas fechaba de principios del siglo anterior. El año 1312, el navegante genovés Lancelloto Mallocello había sido el primer europeo moderno que había tocado las costas de las islas Canarias. Y el año 1343, el navegante mallorquín Jaume Ferrer había tocado las costas de las Canarias y de Río de Oro (el actual Sáhara Occidental). Y por los conocimientos que el también mallorquín Abraham Cresques tenía a la hora de cartografiar su Atles Català (1375), todo indica que Ferrer habría navegado hasta la desembocadura del río Senegal. La expedición del mallorquín Ferrer habría impulsado la primera colonización europea de las Canarias (1350).

Hasta entonces, los catalanes tenían el control del mar de Alborán (el sector marítimo situado entre la costa andaluza y marroquí) gracias a la decisiva victoria naval de las Galeras de Catalunya, comandadas por el almirante Jofré Gilabert de Cruïlles sobre las armadas de los reinos benimerín y hafsí norteafricanos (1339). Pero la conquista portuguesa de Ceuta alteró significativamente aquel dibujo. A partir del hecho, los navegantes comerciales catalanes reaccionaron estableciendo alianzas con los piratas independientes. Una de las alianzas más significativas sería con la capitana pirata Sayyida Mandri (siglos XV-XVI), reina del dominio independiente de Tetuán y corsaria de los catalanes.