Tal día como hoy del año 1968, hace 49 años, moría en Toledo (Castilla) el cardenal Enrique Pla y Deniel, que había sido una figura clave en el posicionamiento de adhesión que la jerarquía eclesiástica hizo a favor de la rebelión militar de 1936. Pla y Deniel, que el 1936 era obispo de Salamanca, fue un miembro destacado de la jerarquía católica española que haría públicas encíclicas que justificaban y bendecían la rebelión militar y la guerra civil que la siguió elevada a la categoría de cruzada. La encíclica de Pla y Deniel, inspirada en los textos antiguos de san Agustín, comparaba la España republicana con la ciudad del pecado y la España franquista con la ciudad celestial.
Pla y Deniel había nacido en Barcelona el año 1876 en una familia de propietarios rurales establecida en la capital del país y de tradición ideológica extremadamente conservadora. Estuvo dirigido hacia la carrera eclesiástica y con sólo 27 años era doctor en Derecho Canónico por la Pontificia Accademia de Roma. De retorno a Barcelona, y al amparo del obispado, impulsaría y dirigiría varias publicaciones que tenían el objetivo de contrarrestar y desacreditar los movimientos obreros. Su hermano mayor, el abogado Narciso Pla, diputado en las Cortes españolas por la Liga Regionalista, llegaría a plantear la recuperación de las organizaciones gremiales de tradición medieval para hacer frente al movimiento sindical obrero.
El obispo con Unamuno (Salamanca, 1936)
Los obispos Gomà y Tomàs y Pla y Deniel serían la antítesis de Vidal i Barraquer, el arzobispo-cardenal de Tarragona que plantó cara a los militares sublevados. Gomà y Tomàs, que era arzobispo-cardenal de Toledo, fue el principal impulsor de la adhesión de las jerarquías católicas a la causa de los militares. Cuando murió (1940), Pla y Deniel fue recompensado con el sitial cardenalicio de Toledo hasta su muerte, en 1968. Entonces el pontificado proveyó la estratégica mitra de Toledo con un nuevo cardenal de ideología aperturista: el valenciano Enrique y Tarancón; una maniobra que evidenciaba un cambio de posicionamiento importante del Vaticano con respecto al régimen franquista.