Tal día como hoy del año 1939, hace 79 años, un pelotón militar del régimen franquista fusilaba en la tapia del cementerio de Lleida a Domènec Puigredon i Borruix, que había sido paer en cap (alcalde) de Cervera (la Segarra) durante la Segunda República española. Puigredon sería uno de los 42 alcaldes de la formación Esquerra Republicana de Catalunya elegidos democráticamente en los comicios municipales celebrados durante la etapa republicana (1931-1939) que, acabada la Guerra Civil (1936-1939), serían detenidos, encarcelados y acusados del delito de rebelión, juzgados sin ninguna garantía procesal por tribunales militares del bando alzado, condenados a muerte y ejecutados sumariamente. El fusilamiento del paer Puigredon, por las especiales circunstancias que rodeaban su figura, sería uno de los más paradigmáticos del funcionamiento de la represión franquista.

Domènec Puigredon, nacido en Artesa de Segre (la Noguera) el año 1874, hijo de una familia de pequeños propietarios rurales, era abogado y era una de las personas más representativas de la intelectualidad local de Cervera, la ciudad nativa de su madre y donde había ejercido la mayor parte de su carrera profesional. Este cuerpo social, de ideología catalanista y republicana, luchó para consolidar los valores progresistas y democráticos en un territorio (la Catalunya interior) donde todavía tenían fuerza los fenómenos del caciquismo, del tradicionalismo y del oscurantismo, representantes por la derecha heredera del carlismo sociológico e ideológico. Acabado el conflicto (1939), no se exilió pensando, equivocadamente, que no sería represaliado: no tan sólo no había cometido ningún delito sino que, además, habría protegido a personas perseguidas por elementos revolucionarios incontrolados.

Puigredon sería fusilado como lo habían sido poco antes, o como lo serían poco después, los alcaldes de l'Aldea, de Alella, de Alp, de Badalona, de Castellbell i el Vilar, de Cornudella de Montsant, de l'Espluga de Francolí, de Santa Coloma de Gramenet o de Santa Coloma de Queralt, todos de la formación política ERC, entre muchos otros casos. O como lo serían, también, Jaume Fàbrega, el único diputado de ERC en el Parlament de Catalunya que no se había exiliado, o el president Companys, detenido, deportado y fusilado el año 1940.