Tal día como hoy del año 1939, hace 82 años, en Veracruz (México) llegaba el Sinaia, un barco que transportaba a 2.500 refugiados republicanos que habían escapado de los campos de concentración franceses. Según las fuentes documentales, la tripulación del Sinaia llegó en un estado lamentable: el barco había sido sobrecargado y muchos refugiados habían pasado toda la travesía en cubierta, la comida era escasa y la sensación de derrota y de alejamiento había generado una atmósfera de tristeza que la orquesta del barco, a pesar de sus esfuerzos, no conseguía dilapidar. Las crónicas de navegación detallan que algunos de aquellos refugiados murieron durante el viaje.

La llegada del Sinaia a Veracruz generó mucha polémica. Había salido del puerto francés de Seta (en el Languedoc) el 25 de abril anterior, mientras centenares de miles de exiliados republicanos (se estima que cerca de medio millón) malvivían recluidos y amontonados en los campos de concentración que el gobierno francés había habilitado en las playas del Rosselló y del Languedoc. Según algunas fuentes, la tripulación del Sinaia fue cuidadosamente y discriminatoriamente seleccionada por el gobierno de la República española en el exilio, y quedaría formada por altos funcionarios, miembros de los servicios de seguridad, y algunos dirigentes del PSOE y de la UGT.

No obstante, el Sinaia pasaría a la historia como uno de los diversos barcos que, entre 1939 y 1940, condujeron miles de refugiados republicanos a América. Otro de estos célebres barcos sería el Winnipeg, botado por el poeta chileno Pablo Neruda, que transportó a 2.500 exiliados republicanos a Chile (04/08/1939 a 03/09/1939); que, hasta entonces, deambulaban por las carreteras del sur de Francia, totalmente desasistidos por el gobierno francés. Las crónicas de la travesía relatan que, a pesar de los esfuerzos de Neruda, se produjeron varios episodios de tensión entre la tripulación, que culminaron en un intento de los refugiados españoles de tirar por la borda en alta mar a los refugiados catalanes.