Tal día como hoy del año 1743, hace 278 años, en París, moría Jacint Rigau-Ros i Serra, conocido en francés como Hyacinte Rigaud; quien, durante cincuenta años largos, había sido el mejor retratista de la corte de Versalles. Entre 1689 y 1743 Rigau pintó a todos los reyes de Francia y a sus familias, y a los personajes más destacados de la corte francesa. Los cuadros de Rigau capturaban con gran exactitud la apariencia de los vestidos y detalles del fondo, por lo cual constituyen un documento preciso de la moda de la época. Su cuadro más famoso es el retrato de Luis XIV, que actualmente se exhibe en el Museo del Louvre.

Jacint Rigau había nacido en Perpinyà el 18 de julio de 1659, cuatro meses antes de la firma del Tratado de los Pirineos; es decir, cuando los condados catalanes ultrapirenaicos todavía formaban una unidad política con Catalunya. No obstante, toda su formación académica y artística fue en territorio francés. El primer contacto con el mundo de la pintura fue en Perpinyà, pero, al cabo de poco tiempo, se fue a estudiar a Carcasona, a Montpellier, a Lyon y, finalmente, a París. Cuando llegó a la capital francesa (1681) consiguió un premio que le permitió estudiar en Roma.

A su retorno a París (1684), se estableció en el barrio de Saint-Eustache que, en aquel momento, era un hervidero de artistas. En aquel momento ya es conocido como Hyacinte Rigaud. Sería durante aquella segunda y definitiva etapa parisina que empezaría a recibir encargos de Versalles: en 1688 retrató a Luis, delfín de Francia y primogénito del rey; en 1690 al escritor Jean de la Fontaine, en aquel momento uno de los más celebrados en la corte y en el conjunto del reino; en 1691 retrató al duque de Noailles, mariscal de Francia; y a partir de 1701 se convirtió en el retratista preferido de la familia real y de la corte francesas.

Jacint Rigau se casó el año 1710 con Elisabet de Gouy, viuda de un alto funcionario de Versalles llamado Jean Le Juge y madre de una hija de aquel primer matrimonio. Las fuentes revelan que Rigau no tuvo ningún hijo de este único matrimonio conocido, pero que apadrinó a Margarida Le Juge (la hija de su esposa) y al pintor Hyacinte Collin de Vermont (hijo de un músico de la corte). Las fuentes revelan, también, que Rigau nunca tuvo una buena expresión oral (ni en catalán ni en francés) a causa de un problema grave de tartamudez, que fue recogido en algunas cartas personales de personajes de la corte.