Tal día como hoy del año 1793, hace 227 años, Manuel Godoy, ministro plenipotenciario de la monarquía española, declaraba oficialmente la guerra a la República Francesa. Uno de los principales teatros de aquel conflicto (que se alargó por espacio de veinticinco meses) fueron los viejos condados del Rosselló y de la Cerdanya. Como resultado de las diversas batallas libradas sobre aquel territorio, la plana del Rosselló quedaría totalmente arrasada y Perpinyà entraría en una profunda crisis demográfica y económica que tardaría tres décadas en superar. Poco antes del conflicto (1789), tenía 13.000 habitantes y después de perder el 25% de la población, no recuperaría este nivel hasta 1821.

No obstante, el primer tiro lo había disparado la Convención Nacional, el gobierno de la República francesa surgido después de la ejecución de Luis XVI (21/01/1793). Robespierre, Saint-Just y, sobre todo, Couthon (los nuevos hombres fuertes del régimen republicano francés) habían planeado exportar la Revolución fuera de las fronteras francesas y estimaban que en Catalunya había un clima social que invitaba a emprender esta operación. De hecho, Georges Couthon, que sería nombrado presidente de la Convención un año más tarde —es decir, en el transcurso del conflicto— había planeado constituir una República catalana a la órbita política de la República revolucionaria francesa.

Aprovechando que la Convención había concentrado buena parte de sus fuerzas en el frente norte (para ocupar los Países Bajos y constituir una república revolucionaria), los generales españoles Ricardos y Giron invadieron el Vallespir y el Rosselló, causando una gran devastación. En aquella campaña contaron con el concurso de unos quinientos aristócratas franceses exiliados que se ensañaron, especialmente, con la población civil rosellonesa de ideología revolucionaria. Posteriormente, fueron repetidamente derrotados por los generales franceses Dugommier y Perignon, que en el contraataque recuperaron el terreno, saltaron los Pirineos y ocuparon la plana del Empordà.

El general Dugommier, que murió en aquella campaña, dejó escrita una Memoire sur la Catalogne (1794), donde defendía la incorporación de Catalunya en la República francesa y donde diría: “Le catalan est brave, actif, laborieux, ennemi de l'Espagne. Il a toujours aimé la libert”  (El catalán es valiente, activo, trabajador, enemigo de España. Es siempre amante de la libertad).