Tal día como hoy del año 1938, hace 79 años, en el contexto de la Guerra Civil española (1936-1939) el ejército franquista iniciaba la ofensiva de conquista militar de Catalunya. El desplazamiento del frente de guerra hacia el oeste —que se había concretado con la ocupación franquista de Lleida, Gandesa, Balaguer y Tremp (abril de 1938), de Amposta (julio de 1938) y de Móra d'Ebre (noviembre de 1938)— había situado la línea divisoria entre la zona republicana y la sublevada sobre el eje norte-sur formado por los ríos Noguera Pallaresa-Segre-Ebro. Poco después de la derrota republicana en la batalla del Ebro (23 de noviembre de 1938) el general Franco, jefe de las fuerzas sublevadas, ordenaba la ofensiva.

Las malas condiciones climatológicas —lluvia, niebla y nieve— y la intermediación del Vaticano —que había solicitado desplazar la ofensiva a las fechas posteriores a Navidad— habían retrasado las órdenes iniciales. Finalmente, dos días antes de Navidad el ejército franquista iniciaba una gran ofensiva militar concentrada sobre seis puntos de ataque: la Conca de Tremp (Pallars Jussà), el puente de Balaguer y el pantano de Camarasa (la Noguera), el puente de Seròs (Segrià), la Granadella (les Garrigues), y el puente de Móra (Ribera d'Ebre). El mando franquista concentró veintidós divisiones de su ejército, que sumaban 326.000 efectivos, 300 tanques, 1.100 piezas de artillería y 400 aviones.

Franco inicia la ofensiva de conquista de Catalunya. Mapa de operaciones. Fuente Wikipedia

Mapa de operaciones / Fuente: Wikipedia

Catalunya, defendida por los restos del ejército republicano derrotado en la decisiva batalla del Ebro (julio-noviembre de 1938) y formado por 220.000 efectivos, 120 tanques, 250 piezas de artillería y 150 aviones, resistiría hasta el 13 de febrero de 1939. En el transcurso de la ofensiva la aviación franquista castigaría brutalmente a la población civil. Se produjeron centenares de bombardeos sobre objetivos civiles situados en la retaguardia que causarían miles de muertos. La ofensiva franquista sobre Catalunya se saldaría con el trágico balance de 60.000 muertos (que se sumaban a los 30.000 desde el inicio del conflicto) y más de 300.000 exiliados. Catalunya perdería casi el 20% de su población.