Tal día como hoy del año 1940, hace 77 años, se cumplía la sentencia condenatoria que un tribunal militar había dictado contra el president de la Generalitat de Catalunya. Lluís Companys alcanzó la presidencia de la Generalitat pocos días después de la muerte inesperada, en plena legislatura, del president Macià. De acuerdo con el reglamento del Estatut, Companys fue propuesto por su grupo parlamentario —Esquerra Republicana— para ocupar la dignidad de president. En la votación parlamentaria del 1 de enero de 1934 sería elegido president de la Generalitat con 56 votos a favor de un total de 62 votos emitidos. Presidiría hasta el 7 de octubre, fecha en que el Estado español suspendió el autogobierno en el marco de la proclamación del Estado catalán dentro de la República española.

Companyss estuvo encarcelado durante dieciséis meses hasta que, con el triunfo electoral del Frente de Izquierdas en las elecciones generales españolas del 16 de febrero de 1936, sería restaurado el autogobierno catalán y la legitimidad democrática surgida de las elecciones catalanas de 1932. Desde entonces, Companys ejercería las funciones de presidente de una república, porque Josep Tarradellas lo haría en función de presidente del Consejo Ejecutivo, el equivalente a presidente del gobierno. Companys fue, en aquella segunda etapa, president de la Generalitat hasta el 15 de octubre de 1940; fecha en que fue fusilado, dos meses y dos días después de ser detenido, en el exilio, por las fuerzas policiales y militares de la Alemania nazi que ocupaban
Francia.

Después de ser extraditado a petición de las autoridades franquistas españolas, fue sometido a torturas en las dependencias de la policía del régimen dictatorial. El 3 de octubre de 1940 se iniciaba un consejo de guerra sumarísimo y sin garantías procesales, presidido por un tribunal militar español —formado por miembros del bando que se había sublevado contra la legalidad republicana— que, paradójicamente, lo acusaría y lo condenaría por los delitos de sedición y de rebelión. Lluís Companys se convertía en el único presidente de la historia de las democracias europeas que ha sido fusilado. Pasados cuarenta años de la muerte del dictador Franco, los diferentes gobiernos del régimen constitucional español se han negado sistemáticamente a revisar el juicio.