Tal día como hoy del año 1285, hace 734 años, se iniciaba la Batalla naval de las Formigues, que enfrentaría a los grupos navales catalanoaragoneses y franceses. Aquella batalla se libró cerca de las islas Formigues (a una milla delante de la fachada costera situada entre Palamós y Palafrugell) y se saldó con una victoria abrumadora de las fuerzas comandadas por el almirante Roger de Llúria. Después de seis días de combates, el grupo de Roger de Llúria y sus capitanes Ramon Marquet y Berenguer Mallol, capturaba las últimas naves francesas y las conducía en el puerto de Barcelona

Aquella batalla se libró en el contexto del conflicto que enfrentaba las coronas catalano-aragonesa y francesa por el dominio del Mediterráneo occidental. Poco antes (1283-1284), los Almogávares catalanes comandados por Roger de Llúria habían ocupado las islas de Malta, Gerba y Sicilia y parte de los territorios peninsulares de Calabria y Nápoles. En aquella campaña militar habían echado al usurpador Carlos de Anjou (que en 1266 se había intitulado rey de Sicilia); y habían restaurado a Constanza Hohenstaufen (la esposa del conde-rey Pedro II) como legítima reina en la corte de Palermo.

Aquella guerra entre Pedro II de Barcelona-Aragón y Felipe III de Francia era, también, el escenario sur de un conflicto de alcance continental que enfrentaba a los partidarios del Imperio romano-germánico con los del Pontificado (las dos superpotencias del momento). En aquel conflicto, Barcelona estaba en la órbita política del emperador y París en la del pontífice. En la Batalla de las islas Formigues, el grupo de Roger de Llúria destruiría totalmente lo que restaba de la flota francesa del Mediterráneo; y marcaría el inicio de la etapa de plenitud del imperio catalano-aragonés.