Tal día como hoy del año 1931, hace 91 años, el sindicato CADCI (Centro Autonomista de Dependientes del Comercio y de la Industria) recuperaba su sede histórica, situada en la Rambla de Santa Mònica de Barcelona. El CADCI, que reunía una de las masas más numerosas de militantes de la Catalunya de principios de siglo, había sido confiscado por el régimen dictatorial de Primo de Rivera (1923-1930) y su sede había sido transferida al Sindicato Libre (una organización de la patronal que fue el único sindicato tolerado durante aquella etapa). Se daba la circunstancia de que el Sindicato Libre había sido acusado por la prensa y por la opinión pública de ser una banda terrorista que había atentado repetidamente contra los líderes obreros.

El CADCI había sido fundado el año 1903 y en sus estatutos fundacionales se definía como una organización que tenía el objetivo de "agrupar a los dependientes del comercio y de la industria para conseguir la mejora moral, cultural, física y material de los asociados, de acuerdo con los principios autonomistas y de una sana y conviviente catalanidad". Inicialmente formado en la sombra de la conservadora Lliga Regionalista, enseguida se inclinó hacia la defensa de los derechos del colectivo de trabajadores que representaba. Entre 1912 y 1913 lideró la campaña por el cierre de los establecimientos comerciales a las ocho de la noche. Y en 1914 lideró la campaña por las diez horas (la jornada de las ocho horas no se conseguiría hasta la huelga de la Canadenca de 1919).

Según la investigación historiográfica, en 1917 ya contaba con más de 10.000 militantes y en las elecciones municipales de aquel año, su presidente Josep Puig i Esteve (Agramunt, 1876 – 1931) fue elegido concejal del Ayuntamiento de Barcelona por la Lliga Regionalista. Después del golpe de estado militar de 1923, el nuevo régimen de Primo de Rivera detuvo y procesó bajo la acusación de separatismo a los miembros del aparato de propaganda del sindicato. Y en 1931, después del triunfo de los partidos republicanos y catalanistas en las elecciones del 12 de abril (que provocaron la caída de la monarquía de Alfonso XIII y la restauración del autogobierno catalán) y de la publicación de la ley de recuperación del patrimonio sindical, el CADCI volvía a su sede histórica.