Tal día como hoy del año 1213, hace 804 años, se libraba en Muret (Occitania) una batalla decisiva que pondría fin al proyecto político catalán de creación de un gran espacio común que tenía que reunir el Principat de Catalunya, el reino de Aragón y los condados independientes occitanos de Tolosa, de Cominges y de Foix. En la decisiva batalla de Muret, librada a diez kilómetros al sur de Toulouse, se enfrentaron los ejércitos de la alianza formada por la Corona de Aragón y los condados occitanos contra los de la monarquía francesa con el apoyo del Pontificado. La derrota de las armas aliadas provocaría la basculación del espacio occitano central, de la órbita política de Barcelona hacia la de París.

La ambición de las cancillerías de París por ocupar el territorio que tenía que franquear la salida de Francia al Mediterráneo, llevó a la monarquía francesa a iniciar una serie de guerras contra las entidades políticas independientes del Languedoc y de la Provenza, estrechamente vinculadas al Casal de Barcelona. La relación entre Catalunya y Occitania se remontaba a los años de la independencia de los condados catalanes (centuria de 1000) y formaba parte de un pacto entre el Casal de Barcelona y el Pontificado para blindar la soberanía catalana y erosionar el poder francés en las tierras occitanas. En 1213 se había completado el proceso y Occitania se había integrado al espacio común que pilotaba Barcelona.

Batalla de Murete. Mapa de los estados vinculados a Barcelona antes de Muret. Fuente Wikimedia Commons

Mapa de los estados vinculados a Barcelona antes de Muret / Fuente: Wikimedia Commons

También en el año 1213, la relación entre el Casal de Barcelona y el Pontificado había variado considerablemente. La monarquía francesa se había convertido en el aliado prioritario del Pontificado, y con el pretexto de acabar con la confesión cátara —considerada por la Iglesia como una doctrina herética—, que había triunfado plenamente en Occitania, obtuvo de Roma la categoría de "cruzada" para la guerra de conquista del Languedoc. Aquella derrota también cambiaría la política exterior catalanoaragonesa, que tomaría una decidida orientación hacia el mar y hacia el sur. Jaime I, el primer soberano posterior a Muret, sería quien impulsaría la conquista de las Balears y del País Valencià.